Una grúa de enormes dimensiones tomó ayer la plaza del Marqués haciendo pequeña hasta la estatua de Pelayo. El armatoste, que estuvo operativo durante todo el día, contribuyó a la renovación de la cúpula de cristal del palacio del conde de Revillagigedo, a los pies del barrio de Cimadevilla. Durante todo el día varios operarios estuvieron subiendo pieza a pieza de cristal, con sumo cuidado, para completar las labores de renovación. La grúa, que se veía desde distintos puntos de la ciudad, concluyó su tarea en la tarde de ayer.

El palacio del conde de Revillagigedo se construyó a partir de una torre medieval en el siglo XVIII y el edificio está considerado como bien de interés cultural.