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Después de dos vertidos en una misma semana -lunes y viernes-, las corredoras Raquel Miranda y Mónica Fernández volvieron a pisar ayer la arena. "No sé si nos saldrá algo", bromea Miranda, aunque en el fondo hay temor. "Como no solucionen esto, para la hostelería supondrá la ruina", apostilla Fernández. El gijonés Jaime Canga sostiene que el sector turístico ya se resiente: "Tengo amigos hoteleros y me dicen que no está habiendo las reservas de otros años. Normal... Salimos hasta en los telediarios. ¿Quién va a venir a Gijón con ratas muertas en la playa?".

Lucio Cueto urge por ello "levantar la imagen de San Lorenzo a nivel nacional". "No hay nada como ésto. Ni Benidorm ni San Sebastián, por mucho que digan, tienen esta playa", expresa el bañista. Lo mismo opina Raquel Miranda, que considera que "el arenal y el Muro son un lujo, lo mejor que tenemos". "Vivimos del turismo, no es plan tener la playa en estas condiciones en junio. Hay que tomar medidas", manifiesta Virginia Fernández, que cree que la subida del río Piles y la entrada en funcionamiento de los aliviadores "ya se tenían que haber previsto". "No es la primera vez que llueve", espeta.

El gobierno forista achaca los vertidos de aguas residuales a las precipitaciones "excepcionales" caídas esta primavera. Una justificación que no termina de convencer a los bañistas. La solución, en cambio, está clara y en ella coinciden todos, gobierno, oposición, vecinos y ecologistas: la construcción de una vez de la depuradora del Este y del pozo de tormentas del parque Hermanos Castro. Sobre ello, los usuarios de la playa son muy críticos. "Los vecinos de los chalés (por la colonia de El Pisón) tiran de la cisterna igual que todos. Hay que poner en marcha esa depuradora ya", protesta Raquel Miranda. Lo cierto es que la situación es bastante peliaguda. Los vecinos de El Pisón siguen en liza con sus demandas en los tribunales, pese que se había autorizado la puesta en servicio temporal de las líneas de pretratamiento de la depuradora, que permitirá evitar el vertido al mar Cantábrico de 55 toneladas anuales de arena y grasas. "Nadie queremos ruidos al lado de nuestra casa, pero no podemos estar así. A nivel nacional estamos dando una imagen fatal", señala Lucio Cueto.

Sobre el pozo de tormentas de Hermanos Castro no hay discusión; tiene que construirse lo antes posible, coinciden bañistas y vecinos. La oposición ya denunció en su momento que este depósito, clave para la entrada en funcionamiento del colector de Viesques -costó nueve millones de euros-, lleva estancado desde 2011. En ese año se licitó por primera vez su redacción, pero a partir de ahí, poco o nada salió bien. Errores en su redacción hicieron imposible que la empresa que resultó adjudicataria de la ejecución, FCC, asumiese los trabajos por el precio del contrato. El gobierno forista tuvo que rescindirlo asumiendo una indemnización de 152.143,22 euros. Ahora, Carmen Moriyón promete que la obra se licitará a finales de este año. El pozo lo que hace es recibir el agua procedente de los colectores y "atrapar" las materias sólidas en días de lluvias torrenciales, como las de estas últimas semanas.

"Esto es un desastre. Para cuatro días de verano que hay, menudo panorama tenemos", se queja Pilar Figaredo, que ayer tomó en la orilla el poco sol que hubo. "Si en pleno verano ponen bandera roja, hay manchas marrones, ratas muertas... Esto es un caos total", apunta Figaredo, que a diferencia de la mayoría dijo no tener miedo al agua, aunque no se bañó. Por su parte, el ovetense Ricardo González se mostró "preocupado", pero quiso confiar en el Ayuntamiento para dejar a su hijo hacer surf en San Lorenzo. Las escuelas, las más afectadas por el estado del mar, tuvieron que trasladar esta semana sus clases a otras playas, como Xagó y Salinas. Sus responsables participaron por primera vez el sábado en la comisión de seguimiento de las manchas contaminantes, en la cual se acordó reabrir ayer el baño en el arenal.

Dos semanas con olores

El primer vertido se produjo el último fin de semana de mayo: usuarios de la playa, en su mayoría surfistas, alertaron de una mancha marrón y un fuerte "olor a cloaca", que incluso provocaba náuseas. Los análisis de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) confirmaron que había bacterias fecales. Las aguas no son aptas para el baño con más de 500 unidas de e.coli y el domingo, un día después de la mancha, se registraron 800. La propia alcaldesa reconoció que el Ayuntamiento se había equivocado al no haber puesto bandera roja. La segunda mancha se produjo hace ahora justo una semana y los análisis volvieron a a dar positivo en aguas fecales. Y la tercera fue el viernes, aunque lo que más alerta generó fue el hallazgo de ratas muertas en la arena. Los bañistas aseguran que los vertidos se producen también en invierno, aunque son menos visibles, y desde hace dos meses los malos olores van a más.