El Principado ha abierto un expediente al Ayuntamiento de Gijón por los vertidos de aguas fecales que están obligando a prohibir el baño en la playa de San Lorenzo. Ayer una espectacular mancha, la cuarta que se produce en quince días, tiñó el mar de color chocolate y llenó la orilla de espuma y basura. La bandera roja volvió a ondear en el principal arenal gijonés, que estuvo también cerrado al baño viernes y sábado. Técnicos de la Consejería de Medio Ambiente detectaron el pasado lunes en la desembocadura del río Piles una cantidad de bacterias fecales seis veces superior a la permitida. Pese a ello, la alcaldesa Carmen Moriyón sigue insistiendo en que la playa "no tiene ningún problema de contaminación ni de salud pública".

Tras una noche de intensas lluvias -las mayores del país, con 53,6 litros caídos entre las doce y las seis de la madrugada-, la mancha de ayer en San Lorenzo no sorprendió a nadie. El gobierno forista dio la orden de colocar otra vez la bandera roja, que se mantendrá como mínimo hasta hoy. La comisión de seguimiento sobre la calidad del agua en la playa acordó el sábado prohibir el baño durante dos días cada vez que haya lluvias torrenciales, mar en calma y ausencia de viento. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) son "peores" para hoy, según anunció el equipo de gobierno, por lo que los vertidos seguirán produciéndose en San Lorenzo. Carmen Moriyón aclaró que el cierre se prolongará siempre 48 horas porque es el tiempo que tardan las bacterias fecales en degradarse.

Precisamente, los análisis de Sanidad detectaron en la desembocadura del río Piles altos niveles de estas bacterias. Concretamente, entre 3.000 y 4.000 UFC (unidades formadoras de colonia) por mililitro de enterococos intestinales y escherichia coli (E. coli). Estas cifras superan hasta en seis veces los niveles permitidos para tener una calidad de agua suficiente. Los resultados corresponden a muestras recogidas el pasado lunes día 4, coincidiendo con la segunda mancha marrónel pasado lunes día 4, coincidiendo con la segunda mancha marrón, que no fue tan espectacular como la primera, el sábado 26 de mayo. El gobierno municipal tomó muestras al día siguiente, el domingo 28, y los análisis realizados en el laboratorio de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) dieron 800 UFC/ml de E.coli cuando lo máximo permitido son 500. Ayer la propia Moriyón aseguró que en la escalera 12 otro día se llegaron a contabilizar "sobre 960".

Este baile de cifras entre la Administración local y regional tiene su lógica, según explica la directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón. "Nuestras muestras son de la desembocadura del río Piles -de donde provienen los vertidos-; la acumulación de bacterias fecales va disminuyendo a lo largo de la playa", aclara. En contra de las palabras de la alcaldesa de Gijón, que niega que exista un problema de polución, Marañón afirma que sí existe "contaminación microbiológica", aunque "no supone un problema grave de salud". Genera dolencias gastrointestinales o irritación en ojos y piel, como las que sufrieron algunos bañistas tras el vertido de aguas fecales del último fin de semana de mayo. Fue el primero y en esa ocasión el Ayuntamiento no prohibió el baño.

La Consejería de Medio Ambiente tiene por ello un expediente abierto y están en estos momentos "valorando" la situación. "La causa se sabe cuál es, pero no podemos sancionar al Ayuntamiento por aliviar aguas. Es cierto que tardaron en reaccionar, porque les pilló por sorpresa", manifiesta la directora general de Calidad Ambiental. A partir del viernes, la Consejería de Sanidad informará semanalmente de la calidad del agua en el arenal. "En verano va a estar muy controlado", garantiza Elena Marañón.