Los laboratorios de la Escuela Politécnica de Ingeniería ubicados en el sótano, por debajo del nivel freático, son un peligro de cara al futuro, por más que la actual situación "catastrófica" se reponga en un plazo de tiempo más o menos razonable. "La lógica nos hace pensar que aparatos y material tan caro como el que tenemos aquí no pueden estar expuestos a inundaciones cada dos años", advierte Fernando Las Heras, catedrático del departamento de Teoría de la Señal, el más afectado en cuanto a daños económicos y aún en plena evaluación de pérdidas.
"Estamos hablando de un millón de euros si no es más; sólo en el laboratorio de óptica los daños ascienden a más de 600.000 euros, y la cámara anecoica ha quedado inservible porque con el agua se estropea el grafito. A ello se suma que los servidores de cálculo permanecen parados, así como la fabricación de antenas y los medidores de circuitos", señala Las Heras.
Con todo ello, hay "numerosos proyectos de investigación que sufrirán un parón; todos los doctorandos, proyectos en colaboración con empresas y un plan nacional", enumera el catedrático, consternado por la magnitud de los daños que ocasionó la inundación del pasado lunes.
Los docentes aún se encuentran en fase de "desescombro", como ellos mismos señalan: ayer se aplicaban en sacar cajas y máquinas, evaluando las que podrían recuperar y las que no, y preparándose ya para justificar el coste de cada uno de los aparatos para remitir el parte a los seguros. También están a la espera de poder contar con ayuda de la Universidad. La vicerrectora de recursos materiales está al tanto de los problemas, aunque como señalan los profesores de la Politécnica, "es una situación que nos sobrepasa".
De hecho, los docentes barruntan que la reposición de equipos y la vuelta a la normalidad "no será un proceso rápido, todo se podría ralentizar y no sabemos cómo podría afectar aún a la actividad investigadora de cara al curso que viene", reconoce Fernando Las Heras, muy disgustado porque "tuvimos que pelear mucho por la equipación de la que disponemos, con ayuda de fondos FEDER, contratos con empresas y diferentes convocatorias". "Será difícil alcanzar el mismo nivel", concluye.
