Apoteósico. Memorable. Histórico. Son muchos los adjetivos que se le vienen a la cabeza a los seguidores de "Locomía" -o "Loco Mía", que de las dos formas se escribe- al recordar aquella actuación de 1992 en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 1992, en Chile. Allí, un público absolutamente entregado a sus bailes y movimientos de abanicos asistió a un espectáculo que ha quedado grabado entre los mejores -si no el mejor- en la movida historia de un grupo que ha ido cambiando de formación constantemente.

Pero aquellos fueron sus años de más éxito y, precisamente en aquella memorable actuación en Chile de 1992, fue protagonista Santos Blanco, el "rubio" de Locomía, tristemente fallecido a los 46 años en una albergue para transeúntes de Gijón. Santos Blanco llegó a la agrupación en 1991 para sustituir a Juan Antonio Fuentes y ese espectáculo en Chile fue su debut sobre el escenario y ante un público masivo. Como se aprecia en el vídeo, estuvo impecable y demostró que ha sido uno de los integrantes de "Locomía" que mejor se sabía mover en el baile.

El recuerdo de Santos Blanco, fallecido en el anonimato

El paso de Santos por Locomía fue breve pero intenso, ya que en 1993 la banda entraría en una crisis con su mánager, que demandó los derechos sobre la agrupación. Un litigio que terminó en la disolución de la agrupación, aunque más tarde volvería a juntarse con otros integrantes y en la actualidad está en activo con una filosofía similar a la de sus mejores años.

Pero aquel rubio dejó huella. "Lo que transmiten los fans es que era un ángel, con mirada de ángel; un bellezón, una persona muy dedicada a su trabajo y que lo vivía con mucha pasión", asegura Jordi Tarrés, actual representante de "Locomía".

Unas palabras confirmadas por la riada de comentarios en recuerdo y homenaje de Santos Blanco, provenientes de España y Latinoamérica, que ha provocado la noticia de su muerte. Aquel rubio angelical de Locomía, al que se le perdió la pista, marcó a muchos y su recuerdo ha revivido en el momento más tágico de su vida: su muerte prematura en el más absoluto anonimato en el Albergue Covadonga de Gijón.