Se han dado pasos en igualdad, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Es el análisis que ayer compartieron más de 600 mujeres de todo Gijón -integradas en una veintena de vocalías de la mujer entre la zona urbana y la rural que aglutinan a unas tres mil mujeres de todo el concejo- durante su cita anual en el Tendayu del Muséu del Pueblu d'Asturies. La lucha sigue y prometen no detenerse hasta lograr los mismos derechos.
Todas ellas celebraron una comida de confraternización sin olvidar el gran problema que vienen detectando desde hace no mucho tiempo: existe un repunte de la violencia de género protagonizado por adolescentes de entre 15 y 18 años. "Las chicas han vuelto a los tiempos nuestras abuelas; hemos sufrido un retroceso y ha vuelto el miedo", lamentó Amparo Labayos, responsable de la vocalía de la mujer en la Federación de Asociaciones de Vecinos Rurales "Les Caseríes". "Tenemos un problema porque muchas de ellas reciben insultos, las controlan continuamente o les miran el teléfono móvil y sus conversaciones y es algo que lamentablemente ven normal; es por eso que debemos seguir preparando talleres para concienciar a las más jóvenes", añadió Labayos.
El de ayer fue "un día de alegría, un día de estar juntas compartiendo inquietudes e ilusiones", explicó María José Cuervo, representante de la vocalía de la mujer en la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV). Unas palabras a las que se sumó la alcaldesa, Carmen Moriyón, que incluyó en su discurso un recuerdo "muy especial" para "todas aquellas mujeres que ya no están aquí y que lucharon antes que nosotras por la igualdad". Acto seguido alzaron sus manos unidas y entonaron a coro el "Gijón del alma", justo antes del ágape, la música y los bailes.
