¿Puede el cine ayudar a la persona a alcanzar el equilibrio emocional y la felicidad a través de la organización de las ideas que rigen la vida? Según Nínive Alonso, abogada y filósofa, el cine es una herramienta que se puede utilizar como catarsis, como herramienta y aprendizaje. De ello habló ayer, en la sede del Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, ayudándose de ocho películas para "construir la casa emocional", que se compone, afirmó la conferenciante, de "el sótano emocional, la casa principal y el desván emocional".

Son las "tres divisiones necesarias que debemos fomentar y cuidar -subrayó Nínive Alonso- para una vida estructurada, alegrre y reposada", es decir, usar la denominada "arquitectura emocional como herramienta".

En el sótano emocional están los miedos, los vicios, las adicciones, complejos y traumas del pasado. En el desván emocional residen los buenos recurdos y las ideas. Mientras que en las habitaciones de la casa principal están la sensualidad, el erotismo y la sexualidad, la familia y la tolerancia, la ternura y el desahogo emocional disciplinado.

La denominada terapia filosófica "pone en entredicho las psicoterapias tradicionales por su uso abusivo e indiscriminado de los ansiolíticos y los antidepresivos y propone la recuperación del modelo de la Paideia griega".