A menos de un año de las próximas elecciones municipales será difícil que el Gobierno de Foro, en minoría y pendiente de una posible moción de censura, deje definido en todos sus extremos un proyecto para el antiguo edificio de Tabacalera, en Cimavilla. Aun así, resulta evidente que gana apoyos políticos la opción que defienden los directores de los ocho centros museísticos de la ciudad. Son cinco técnicos de larga y acreditada trayectoria que volvieron a cerrar ayer filas, por segunda vez en un mes, para reclamar que el citado inmueble histórico del barrio alto -antiguo convento de las Agustinas Recoletas- se dedique a un futuro Museo de Gijón que albergaría, entre otros fondos, las importantes colecciones locales de Bellas Artes.

Su posición fue nítida una vez más en la comparecencia que tuvieron ayer en la Comisión de Cultura. Una reunión que se celebró a petición de Ana Castaño, concejala de IU que viene manifestando desde hace fechas su temor a que las "ocurrencias" acaben por dilapidar las posibilidades que ofrece el viejo edificio de Tabacalera. Acudieron a la cita la directora de Bellas Artes, Lucía Peláez; la de los museos arqueológicos, Paloma García; el del Museo del Ferrocarril y Ciudadela de Celestino Solar, Javier Fernández; Muséu del Pueblu d'Asturies, Juaco López, y Museo de la Gaita, Alfonso Fernández. Todo hace indicar que la decisión final sobre el equipamiento que albergará Tabacalera será una de las primeras cuestiones a las que deberá enfrentarse la próxima Corporación. Apenas hay tiempo para otra cosa. Los notables hallazgos arqueológicos que han ido apareciendo, la prolongación de las obras de apuntalamiento en ejecución y las dudas sobre el uso futuro del edificio que ha venido manifestando el Gobierno de Foro en los tres últimos años (el equipo de Carmen Moriyón parece definitivamente convencido de que ha de dedicarse a Museo de Gijón) han obligado a dilatar los plazos de un equipamiento del que se empezó a hablar siendo aún alcaldesa Paz Fernández Felgueroso.

Fuentes que asistieron a la reunión de ayer confirmaron que, en efecto, los cinco directores municipales insistieron en los argumentos que pusieron ya negro sobre blanco en un manifiesto que se hizo público el pasado 18 de mayo, coincidiendo con el Día Internacional de los Museos. No es la suya una opinión que tenga respaldo unánime de todos los sectores culturales gijoneses, aunque es evidente que ha ido ganando apoyos a derecha e izquierda de la actual Corporación. Hay colectivos, como el aglutinado en torno a la Plataforma de Tabacalera, que proponen diversos usos alternativos para este inmueble y contando, siempre, con la participación de los vecinos de Cimavilla.

"Muchas de las propuestas formuladas por diferentes colectivos para la Fábrica de Tabacos, que se oponen a su uso como museo, tienen cabida en la actual concepto de museo, que es de una institución cultural abierta a la participación", argumentan los directores. Más allá de ese pulso, es evidente que Gijón tiene un delicado problema sin resolver: el muy limitado espacio que ofrece Casa Natal Jovellanos no sólo es muy insuficiente para mostrar las cinco mil obras -incluido el importante "Legado Lledó-Suárez"- de los fondos municipales de Bellas Artes, sino que las condiciones de conservación de las piezas en exhibición son deficientes, como ha señalado Lucía Peláez. Tabacalera podría ser la solución.