Agentes de la Policía Nacional han detenido a una mujer de 45 años de edad por apropiarse de un smartphone valorado en más de 600 euros en los vestuarios de un gimnasio. La propietaria del móvil denunció que había dejado su terminal al lado de su bolsa de entrenamiento mientras acababa de arreglarse en los espejos y al regresar se percató de su desaparición.

Preguntó a otras compañeras que se encontraban allí y también en recepción pero nadie le supo dar razón del paradero del móvil. Horas más tarde, a través de una aplicación de localización que tenía activado en el terminal, se dio cuenta de que éste se había activado en un edificio del barrio de Roces, por lo que acudió al mismo para recuperarlo. Con el apoyo de la Policía, la dueña pudo localizar la vivienda de la que procedía la señal. En este domicilio vivía una usuaria del mismo gimnasio que ese día compartía vestuario con la víctima.

La mujer admitió tener el teléfono, pero dijo que lo había encontrado tirado en el aparcamiento del centro deportivo sin la tarjeta SIM. Agentes de la Comisaría del Coto detuvieron a esta mujer como presunta autora de un delito de hurto.