Proyecto Hombre celebró ayer su fiesta anual y lo hizo, como todos los años, reivindicando. Porque el foco de la atención del colectivo de ayuda a personas con adicciones está puesto más que nunca en la gente joven. Un grupo que "en los últimos cinco años no ha dejado de crecer", denunció ayer Luis Manuel Flórez, "Floro", director de la Fundación Cespa- Proyecto Hombre de Asturias, antes de llamar a "no banalizar los consumos, sean del tipo que sean".

El problema de las adicciones entre los más jóvenes preocupa al Principado, como reconoció el consejero de Sanidad, Manuel del Busto, quien recordó que están en marcha acciones específicas y quien llamó además a redoblar los esfuerzos en educación como clave para evitar que los chavales se inicien en el consumo.

Y de forma complementaria, el diputado de Ciudadanos en el Congreso, Ignacio Prendes, puso de relieve la necesidad de que se recupere el proyecto original de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del Centro Penitenciario de Asturias. "Nos consta que el nuevo secretario de instituciones penitenciarias es conocedor de los que está pasando en la prisión asturiana, y por ello le hemos dirigido una batería de preguntas, que esperamos nos responda a la mayor brevedad posible, porque es fundamental recuperar ese proyecto emblemático", señaló.

En el aspecto festivo, Proyecto Hombre homenajeó este año al grupo de investigación de conductas adictivas de la Universidad de Oviedo, con el que llevan colaborando dos décadas. En la actualidad están estudiando la adicción al tabaco en pacientes con otras adicciones, que "siempre se ha visto como un problema menor o secundario, incluso existe una tradición de pensar que el abandono del tabaco puede perjudicarles para el tratamiento de la adicción principal, y lo que queremos demostrar es que lejos de ser cierto ocurre todo lo contrario, se puede conseguir y además les va a ayudar a dejar sus adicciones", subrayaba ayer Roberto Secades, uno de los profesores del equipo antes de recoger su galardón.

En la actualidad compone el grupo de investigación un total de cuatro profesores y cerca de una decena de becarios y colaboradores que trabajan de forma rotatoria con ellos.