Bien fuese como elemento purificador o por simple diversión, en la pira de la hoguera de San Juan que ardió ayer -con gran puntualidad- en Poniente acabaron decenas de papeles con deseos, apuntes de asignaturas complicadas y notas privadas para superar desgracias del pasado. El verdadero ritual de la noche más mágica del año, no obstante, es divertirse. Y los miles de asistentes que cubrieron casi por completo la arena de la playa se encargaron de cumplir con esta segunda tradición. "Lo normal por San Juan es bañarse o quemar algún deseo, ya lo sé, pero yo me purifico con cerveza", reconoció Isidro Castaño, uno de los muchos jóvenes que aprovechó la noche mágica para hacer "botellón".

A pocos metros de Castaño se encontraba, sin embargo, Álvaro González, que sí venía preparado para hacer su ritual personal. Trajo varias hojas arrancadas de una pequeña libreta y, en ellas, escribió tres cosas que quiere que cambien en su vida y tres deseos para el próximo año. Explicó que no podía decirlas en alto porque "trae muy mala suerte" y que las tiraría a medianoche en la pira grande.

En cenizas se convirtieron también los apuntes de Álvaro Tarancón y Ainhoa Pérez, alumnos de Bachiller de 17 años. "Aprobamos todo, pero sí que traemos apuntes de Matemáticas y de Lengua. Por lo general la gente de nuestra edad quema apuntes de asignaturas que suspendieron o de profesores que les caen mal", explicó el primero.

La gran pira tenía este año doce metros de altura y ocho de diámetro. Antes del encendido oficial, la empresa valenciana Ricardo Caballer cautivó con sus fuegos artificiales. La firma valenciana se estrenó en Gijón con notable éxito. Y repetirá en Begoña.

Sonaron también las gaitas, antes y después de la gran cita, las de "Villa de Xixón" y "Noega". La noche "mágica" de San Juan también implicó el despliegue de un dispositivo de seguridad especial. La Policía Nacional reforzó los efectivos de la Brigada de Seguridad Ciudadana, Policía Judicial, Extranjería e Información. Se vigiló con especial atención los puntos con fiestas para evitar hurtos y agresiones. Asimismo, un equipo de TEDAX revisó la zona de Poniente por precaución tras el lanzamiento de los fuegos artificiales y otro grupo de catorce monitores patrullaron por la orilla animando a los asistentes a reciclar sus botellas de vidrio. Los que cumplieron, recibieron un "rasca" con premios directos como una bicicleta y entradas al Botánico, entre otros. Gijón estrenó también un "Punto Lila", un puesto contra las agresiones sexistas.