Siete fueron los reparos formulados por la Intervención Municipal a lo largo de 2017 en cuanto a anomalías detectadas en expedientes sobre contratación, concesión de subvenciones o gestión de ingresos. El reparo es la fórmula de mostrar la disconformidad del funcionario con esa tramitación y puede levantarse por decisión del Pleno o la Alcaldía. En el caso de Gijón, y según se indica en el informe que se presenta ante la Corporación, fue la Alcaldía quien tomó las decisiones de seguir con cada procedimiento pese a la advertencia de que había alguna irregularidad en su tramitación.

En el ámbito de contratación hubo cinco reparos que se vincularon al servicio de mantenimiento de alumbrado público, el suministro de productos alimenticios y la cocina en escuelas infantiles, un contrato complementario en ayuda a domicilio, el servicio de limpieza y vigilancia de instalaciones deportivas y el arrendamiento de dos módulos de caseta de vestuarios para el campo de fútbol de Lloreda.

En el caso de los contratos de servicios de, por ejemplo, ayuda a domicilio o comida e las escuelas infantiles, la Alcaldía decidió levantar los reparos al entender que las necesidades a cubrir eran esenciales e inaplazables. Las decisiones de Carmen Moriyón eran necesarias para poner fin a la suspensión de la tramitación de esos expedientes.

Los otros dos reparos que se incluyen en el informe tuvieron que ver con una convocatoria de ayudas para la adquisición de libros y la prórroga extraordinaria de la licencia de una visita turística en autobús. En el primer caso la disconformidad de la Intervención tenía que ver con una concesión de ayudas por encima del gasto autorizado sin que mediara la aprobación de una nueva convocatoria.