Hay un gijonesismo de mucha cohetería verbal, ocurrente y a veces de colmillo. Y hay otro mucho más pegado al diario laborar de la ciudad. Y tan implicado en la respiración urbana que, en ocasiones, no es debidamente recompensado, elogiado, aplaudido. La entrega de distinciones y honores, un rito que se acomoda anualmente a la celebración de San Pedro, patrón de Gijón, se inventó para poner remedio a la desagradable propensión a la indiferencia. Los mejores merecen reconocimiento. Y para eso están las medallas de oro y plata, donde está acuñado el agradecimiento. Y también la aceptación como hijos e hijas adoptivos de aquellos que han contribuido a hacer un lugar mejor de este recodo cantábrico, cantón milenario.

El teatro Jovellanos acogió ayer, con el patio de butacas completo el acto institucional de entrega de esas distinciones al Club Patín Gijón Solimar- Hostelcur (medalla de oro), a la Asociación Belenista de Gijón, a la Sociedad Cultural Gijonesa, a Mar de Niebla, a la Escuela PolitécnicaEscuela Politécnica y a la Federación de Peñas Sportinguistas (medallas de plata), y al sacerdote José Antonio García Santaclara, más conocido como "Santa", morciniego de Peñerudes que es desde ayer hijo adoptivo de Gijón.

La alcaldesa, Carmen Moriyón, que cerró el acto con una referencia a su satisfacción por el "regreso del consenso" entre los seis grupos políticos municipales al aprobar por unanimidad todos los galardones, subrayó una constante y un denominador común en cada uno de los distinguidos ayer: "Hacen de Gijón un lugar mejor".

El acto, no demasiado prolijo para lo que suele ser habitual y con música en directo, sólo se vio enturbiado por la protesta de un grupo de vecinos de El Coto que rechaza el centro Mil Soles.

Pese a que a la entrada del teatro Jovellanos se vio algún momento de tensión, el acto institucional transcurrió entre aplausos, sonrisas y palabras de agradecimiento. Unos cincuenta vecinos con medallas de pega y silbatos exhibieron por escrito -en carteles y pancartas- sus criticas al cura Santaclara: "Persona non grata en el barrio". Y algunos más duros: "Este cura cabrón nos trajo al Coto la revolución" o "Santa Clara y Moriyón, sois la ruina de Gijón".

Una protesta por la ubicación del centro sociosanitario y asistencial Milflores, localizado en El Coto y en el que se atiende también a personas con sida o drogopendientes. Está gestionado por la Fundación Siloé, una de las obras solidarias de Santaclara. Varios simpatizantes con las causas y batallas de este sacerdote se interpusieron entre los manifestantes y las puertas del Jovellanos. La Policía Nacional contuvo a unos y a otros sin mayores problemas.

Fue la única nota de disensión en un acto que la Banda Municipal de Música alegró al poner la sintonía de fondo, en directo y desde el foso del coliseo, a los sucesivos vídeos con el subrayado de los méritos de los galardonados. Escenario floral. Y a la derecha del espectador la Alcaldesa y los seis portavoces municipales: Fernando Couto (Foro), José María Pérez (PSOE), Mario Suárez del Fueyo (Xixón Sí Puede), Pablo González (Partido Popular), Aurelio Martín (Izquierda Unida), y José Carlos Fernández Sarasola (Ciudadanos). Todos con corbata, salvo Moriyón y Suárez del Fueyo, que optó por un atuendo casi caribeño. El secretario del Ayuntamiento, Miguel Ángel de Diego, leyó los acuerdos de la sesión plenaria del pasado 28 de abril, cuando se aprobaron las distinciones.

Para la Alcaldesa, todos los premiados son epítome de los "valores democráticos" que la ciudad defiende. Y trabajan además, según señaló, desde el "respeto" y el "pluralismo". Son, a su juicio, personas y entidades "necesarias" en cualquier sociedad que aspire a una convivencia "sana, democrática y pacífica". "Son los galardones de todos", dijo como resumen. Y sonó, claro, el "Asturias, patria querida".