Hace sólo dos años fue seleccionado para participar junto a Ara Malikian, como primer violinista y solista, en el programa "Virtuosos de TVE". Y tiene además varios importantes premios, incluido el del concurso "Jóvenes intérpretes del Conservatorio Profesional de Gijón", centro donde cursa quinto de profesional. Unos estudios que compagina con los de primero de Bachiller en el Instituto Padre Feijoo. Pocos dudan de que Jesús Méndez Camacho está llamado a ser, si nada se tuerce, un violinista sobresaliente. "Me veo en un gran momento", aseguró ayer, en vísperas de la actuación que ofrecerá hoy (20,30 horas) en el Museo Evaristo Valle.

Méndez Camacho empieza a ser un fijo en el exquisito ciclo "Conciertos de verano", una grata cita que reúne en las instalaciones museísticas de Somió a aficionados y melómanos. El violinista, que estará acompañado al piano por Yelyzaveta Tomchuk, ha acordado con su profesor Surén Khachatryán un repertorio que le permitirá mostrar sus dotes: de Kreisler a Tchaikovaki, pasando por Paganini, Bizet, Khachaturian, Wienieawski y Vieuxtemps.

"Antes tocaba bien, sin más; ahora me veo mucho mejor", insiste el músico. Cumplirá diecisiete años el próximo día 6 y lleva doce (desde los cinco) haciendo del violín su medio de expresión artística. "En mi familia hubo siempre mucha afición a la música: mi abuelo Santos, por ejemplo, tocaba la guitarra", explica Méndez Camacho, que optó por el violín al coincidir que un primo suyo había empezado a aprender en una academia la técnica de este instrumento de cuerda.

Desde aquella fecha sigue con Surén Khachatryán. El joven músico dice que le falta tiempo, entre unos estudios y otros, para dedicarle al violín: unas dos horas todos los días. "Para mí es muy poco, aunque lo aprovecho", añade a renglón seguido. ¿Su objetivo? "Bueno, quisiera dedicar todo el tiempo posible a tocar y ya veremos si mi futuro está como solista o en una orquesta", responde. Atentos a su carrera.