El "Nuevo Mapei", el único pesquero con base en Gijón que participa en la costera del bonito, descargó el pasado miércoles en el puerto de El Musel 6.400 kilos capturados en su mayor parte en aguas de las islas Azores. Ese fue el resultado de su primera marea. Para las siguientes no tendrá que navegar tanto, dado que los túnidos ya han entrado en el Cantábrico y la flota está faenando ahora a la altura de Santander.

"Bajó mucho el precio", explicaba ayer el patrón del "Nuevo Mapei", Pedro Pérez Blanco, nacido en Tapia de Casariego pero afincado desde hace años en Gijón. La media que se alcanzó en la subasta de bonito del pasado miércoles en la lonja de El Musel fue de 4,67 euros por kilo. Subastaron sus capturas dos pesqueros de cacea, uno de ellos el gijonés. La mayor parte del bonito que se subastó fue de tamaño medio, el denominado recortado.

El motivo de la bajada del precio de los túnidos obedece a la llegada de la pesca al Cantábrico y al comienzo de la faena de los barcos de tanqueo (que usan cebo vivo) y que tienen capacidad para realizar capturas sensiblemente superiores a los de cacea. Los barcos de tanqueo aportan buena parte de las ventas de bonito a la lonja gijonesa en cada campaña. Ahora, no obstante, están descargando en Guetaria, Santoña y Fuenterrabía. Pese a ello, han provocado un descenso de los precios en las lonjas asturianas, dado que los compradores están al tanto de cómo se está cotizando el bonito en otros puertos del Cantábrico, explica el patrón del "Nuevo Mapei".

Pedro Pérez apunta que las perspectivas de pesca en esta campaña "están bien, hasta que vengan los franceses e irlandeses", grandes barcos arrastreros que arrasan con la pesca, "tiran al mar muertos los bonitos de 4 kilos para abajo" y siguen a la flota española para localizar los cardúmenes. Pueden faenar fuera del límite de 12 millas de aguas territoriales.