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Rogelio Suárez: "Seguro que los puristas de la tonada me critican, pero me piden discos así"

El cantador y campeón de varios concursos acaba de publicar "Orgullo asturiano", obra en la que reúne asturianadas junto a rancheras, copla y balada

Rogelio Suárez, en una imagen de archivo. J. R. SILVEIRA+

Se le ve seguro de sí mismo y satisfecho de seguir su propio camino más allá de los encasillamientos. A Rogelio Suárez, campeón de algunos de los más notables concursos de asturianada, le aburren los caminos trillados y vuelve a despacharse con un disco en el que suma a la tonada otros géneros que son de su gusto. Una mezcla en la que hay también rancheras, copla o balada y que los aficionados más ortodoxos verán como pecado de herejía, tal y como ocurrió con el anterior trabajo del cantador. "Seguro que los puristas me critican y se meten conmigo, pero la gente me pide discos así, afirma. Y añade: "No le pido nada a nadie, así que al que le guste bien y al que no, pues ya sabe".

"Orgullo asturiano", que es en buena medida continuidad de la senda que el cantador ya tomó con "Asturianaes y... otres canciones", incluye tonadas tan irreprochables como la popular "Cuando yo curiaba cabres" o la hermosa canción de José González, "El Presi", "Volveré a Candamo", donde Rogelio Suárez se acompaña del gran gaitero que es Alfonso el de Les Regueres. Pero el artista ha optado por asociarse en esta ocasión con Pepín Robles, lavianés afincando en Mallorca, para confeccionar un repertorio casi a medida en el que hay canción aflamencada o mexicanadas. Hablamos de un compositor que ha hecho temas para Vicente Díaz o Cholo Juvacho, entre otros.

Rogelio Suárez justifica todas estas opciones que ha embutido en "Orgullo asturiano", un trabajo que responde a un gusto que trata de responder al de un público de amplia base: aquellos aficionados que escuchan con el mismo placer una asturianada que un pasodoble cuando quien lo canta lo hace bien. "La gente es lo que me pide, esa variedad", justifica Rogelio Suárez, que incluye una canción con letra y música propias ("Tengo los xatos berrando"), y otra en la que pone música a un tema de Ismael Tomás (otro campeón), con el citado Alfonso a la gaita: "Del tranvía de Xixón".

Moscón de Vega de Peridiello, lleva más de cuarenta años afincado en Gijón, adonde se trasladó en 1973 para trabajar en la siderurgia. Y ahí se jubiló como maestro de taller. Lo suyo ha sido siempre, sin embargo, la música: "Nací cantando". Todos en su familia entonaban bien, así que desde la década de los ochenta en adelante se labró un estilo propio caracterizado por una muy bien fraseada canción en la línea de maestros como José Noriega o con hilos asimilables a los de aquel gran heterodoxo que fue El Presi. En 2002 grabó un disco, "Recordando vieyos tiempos", de los que gustan a los entendidos de la asturianada. Acompañado a la gaita por Óscar Fernández González, incluyó en aquella primera entrega clásicos como "Al pasar la Güeria, madre", "Viva la xente minera", "Adiós, llugarín de Pío" o "Texedora de Bayu". Todo dentro del canon. Cinco años más tarde siguió con otro álbum, "Soy de la villa moscona", en el que optó por doce canciones también populares, con una selección de temas entre los que incluyó alguno tan conocido como "Onde la neblina posa".

Una carrera compacta, coherete con lo que suele ser habitual en un cantador que ha ganado algunos de los grandes concursos. Pero a la que decidió dar un giro con el mencionado "Asturianaes y... otres canciones", donde, junto a asturianadas como "Ya non vuelvo más a Granda" o "Tienes casa y tienes horriu", grabó canciones de Pepe Pinto ("Un beso") o de Luis de Lucena ("Tengo el corazón cansío". Un giro que amplía aún más en "Orgullo asturiano".

"Voy a seguir cantando asturianadas, porque es mi cultura musical, pero tengo otras facetas que también me gusta desarrollar: se me da bien cantar coplas, pasodobles, rancheras o baladas, ¿por qué voy a renunciar a hacerlo y cantar siempre lo mismo", hace resaltar Rogelio Suárez. Desde que es abuelo, ha dejado de participar en los concursos. Son casi la única vía que tienen los cantadores para darse a conocer o reafirmar su arte. "Orgullo asturiano" es la manera de seguir en primera línea. A su aire.

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