El Tren de la Libertad y otras manifestaciones multitudinarias como el 8-M han marcado un antes y un después en la agenda de la lucha por la libertad y la igualdad. Alicia Miyares asegura que estamos ante un nuevo feminismo: "cada vez que una ola feminista va a consolidarse, tenemos que esperar inmediatamente una reacción profunda del sistema patriarcal, que va a intentar hacer fisura para que esa igualdad no avance. Síntomas de esa reacción son las violaciones grupales, la práctica del alquiler de vientres o la prostitución, que se ha convertido en un negocio de apropiación del cuerpo de las mujeres".

Alicia Puleo, destacada pensadora ecofeminista y conferenciante también en las jornadas sobre igualdad de Gijón, confía en que el fenómeno "Me Too" ha logrado poner sobre la mesa el problema para poder luchar contra él: "Hay que comenzar por la visibilización para poder encontrar soluciones. Una campaña así ha permitido el acceso a la comprensión de la violencia sufrida por las mujeres. Cada paso que han dado las mujeres en el avance ha generado una reacción que puede ser filosófica", continúa Puleo, "en el siglo XIX tenemos grandes pensadores misóginos resultado de la lucha de las mujeres por alcanzar la educación. Siempre va a haber una respuesta a una lucha por alguna conquista".

Lo que está claro es que la ciudadanía pugna por la igualdad y cada vez tiene más fuerza. "El feminismo se ha convertido en conciencia cívica generalizada que no quiere un paso atrás sobre los derechos adquiridos", declara Miyares. El 8-M, dicen, solo fue el principio.