Una operación contra el tráfico de sustancias estupefacientes que tenía en Gijón su principal base de operaciones se ha saldado con nueve detenidos y el desmantelamiento de la principal red de suministro de cocaína del Principado. De los arrestados, ocho en Asturias y uno en Madrid, sólo dos permanecen en prisión provisional; cinco salieron en libertad con cargos tras declarar, y un octavo pasó por prisión pero pagó su fianza a la espera del juicio.

La Policía Nacional efectuó las detenciones el pasado 27 de mayo, y con ellas ha dado por desarticulada una importante organización criminal dedicada al tráfico de sustancias estupefacientes a nivel regional, con la base de la distribución en Gijón. De hecho el cuerpo ha querido resaltar que la operación "reviste una gran trascendencia dado que se trata de la principal red en la región de suministro de cocaína desde su origen (Colombia), hasta su destino final (España)."

Las investigaciones, desarrolladas por el Grupo de Estupefacientes perteneciente a la UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, en colaboración con el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría Local de Gijón, se iniciaron tras detectar movimiento de sustancias estupefacientes en un lavadero de coches de Gijón.

La bautizada como "operación Adaro" determinó que el encargado del garaje de lavado de vehículos hacía de correo y principal distribuidor de la sustancia estupefaciente, por lo que empezaron a seguir sus movimientos. Gracias a ello detectaron que la red de distribución, fuertemente establecida en la región, disponía de un piso de seguridad en régimen de alquiler que servía como centro de operaciones, ubicado en el barrio de El Llano de Gijón.

El lavadero de coches, ubicado en Porceyo, era sólo un punto más de venta de la droga que formaba parte de una extensa red de distribución. Los agentes encargados del caso han detectado hasta 28 lugares en los que se vendía cocaína dentro de este mismo entramado en toda la región, desde Gijón hasta Oviedo pasando por Noreña, Avilés o Llanes. Se trata sobre todo de bares y locales de ocio desde los que se distribuía la sustancia estupefaciente.

Ésta, a su vez, llegaba a Madrid directamente desde Colombia. En la capital española era recogida por uno de los miembros de la red de distribución, que viajaba desde Madrid periódicamente con suministro, cada semana o cada quince días, para almacenar los estupefacientes en un piso franco alquilado por los traficantes en Gijón. Fue en uno de esos viajes cuando fue detenido por los agentes de la Policía Nacional.

En el momento del arresto se le intervino en el hueco oculto de la defensa trasera de un vehículo un paquete rectangular de unos 300 gramos de cocaína de una gran pureza que podría duplicar su peso tras ser cortada, y que en el mercado habría alcanzado un valor cercano a los 70.000 euros.

La operación permaneció bajo secreto de sumario hasta esta misma semana, cuando han trascendido los pormenores de la actuación. Varios de los detenidos cuentan con antecedentes por tráfico de drogas.