El efecto que ha tenido la bajada casi continuada del petróleo en los últimos años, produciendo un descenso paralelo de los precios del gasóleo C y el gas natural ha llevado en muchas ocasiones a cuestionar las ventajas de utilizar la biomasa como fuente de energía.

La utilización de biomasa para cubrir las necesidades térmicas de un edificio conlleva otra serie de ventajas no menos importantes que la económica y que no deberíamos obviar en ningún momento.

Debido a la compensación de las emisiones de CO2 en la combustión, con las absorbidas durante el crecimiento de los árboles y plantas, la biomasa está considerada una fuente de energía renovable, además, se hace una utilización sostenible de la misma, se puede llegar a considerar una fuente de energía inagotable. Esta utilización sostenible ayuda al mantenimiento de los bosques y a la mejora socioeconómica de las áreas rurales, muy especialmente en comunidades como el Principado de Asturias, donde cada vez es más palpable la despoblación de las zonas rurales y la falta de motivaciones económicas para atraer población.

La utilización de biomasa como fuente de energía crea un tejido laboral regional que a la hora de establecer los costes del combustible está aislado de conflictos políticos internacionales o estrategias energéticas de otros gobiernos o grandes multinacionales energéticas.

En la calificación energética de edificios, la conocida como CEE que nos exigen para vender o alquilar una vivienda, se etiqueta a éstas según las emisiones CO2, la utilización de biomasa mejora la calificación, pues a igualdad de demanda energética, con una instalación de biomasa la CEE será mejor que con otra fuente de energía no renovable. No tardarán los ayuntamientos en detectar las interesantes posibilidades de recaudación que se abren en la categorización de impuestos como el IBI en función de la calificación energética de las viviendas.

Como con cualquier otro combustible y tipo de instalación, es muy importante que se asegure la calidad de todo el proceso, es decir, del combustible, del transporte, del diseño de las instalaciones, de los equipos proyectados, de la instalación y del mantenimiento de la misma. De nada sirve utilizar una fuente de energía renovable si luego todo el proceso no está gestionado por profesionales expertos y con materiales de primera calidad. Hoy en día existen certificaciones de calidad para cada uno de los procesos que el cliente debe exigir y sin lugar a dudas le garantizarán el mejor servicio.

El uso de biomasa para fines térmicos es una tecnología sobradamente contrastada, fiable y segura, tanto en países del norte y centro de Europa como en España. Hoy en día existen en el mercado equipos de alto rendimiento incluida tecnología de condensación.

Uría Ingeniería de Instalaciones S.A. fue la primera empresa en toda España en certificarse según el sello SBTE (Sistemas Biomasa Térmica en Edificios), desarrollado por la Fundación Asturiana de la Energía para certificar la calidad en el sistema de gestión de empresas vinculadas con las instalaciones de calefacción y agua caliente sanitaria de edificios que utilizan como combustible biomasa.

Cualquier tipo de instalación de calefacción y agua caliente, solo y exclusivamente puede ejecutarse y mantenerse por empresas y profesionales debidamente autorizados y cualificados que garanticen la seguridad y eficiencia de las mismas y que bajo ningún concepto, por muy económico que resulte a primera vista, pueden actuar sobre ellas ni empresas, ni personal que no acrediten la oportuna habilitación profesional.

Más información en: http://www.urianet.com/