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El Arango será una hamburguesería por "dejadez", claman desde el mundo teatral

Los responsables de una plataforma cultural de la ciudad creen que la Administración pública tendría que haber adquirido el local para "protegerlo"

Fachada del teatro Arango. ÁNGEL GONZÁLEZ

La noticia de que los responsables del teatro Arango hayan llegado finalmente a un acuerdo para que la cadena de comida rápida Burger King haga uso de sus instalaciones no ha sentado bien a los miembros de la plataforma Cultura para el Arango y Asociaciones Federadas de Asturias (AFAS). "Nos da una pena tremenda. Peleamos en su momento todo lo que pudimos para que el edificio acabase en manos del poder público y proteger su actividad cultural, pero nadie mostró interés en ello. La del Arango es una historia trágica porque imperó la dejadez", apunta Antón Caamaño, miembro del colectivo y actor y productor de teatro.

El teatro cerró sus puertas al público en 1991 y se reformó para albergar en 2006 uno de los centros de la empresa de medicina y cirugía Corporación Dermoestética. El negocio entró en concurso de acreedores en febrero de 2015 y cerró todas sus oficinas en el país, incluida la gijonesa. "Hicimos lo que se pudo por el Arango. En 2006 empezamos con las movilizaciones desde la plataforma porque queríamos que se le diese un uso escénico, algo relacionado con la actividad cultural. Nuestra idea era que fuese algo similar al que tiene la Filarmónica de Oviedo. Se propusieron varias fórmulas pero no interesó ni a la Administración ni al propio sector profesional del teatro. Ya se dieron más casos de edificios culturales que acaban en manos de empresas que nada tienen que ver. Será el signo de los tiempos", apunta Boni Ortiz, miembro de la plataforma citada.

Caamaño, por su parte, y como miembro de una compañía teatral de la región, explicó que el sector sí que trató de hacer algo por el Arango, aunque sin éxito: "Desde la iniciativa privada no podíamos asumir un local así. Mandamos comunicados, presionamos a la Administración como pudimos tanto en 2006 como hace un año, pero las movilizaciones no sirvieron de gran cosa. Nosotros siempre dijimos que ese edificio tenía que pasar al poder público para que éste garantizase un uso cultural y para la ciudadanía".

Los principales interesados en el Arango este último año fueron la cadena de comida rápida citada y la empresa de gimnasios Altafit. Como esta segunda optó finalmente por quedarse con los antiguos Cines Centro, Burger King tuvo vía libre para hacerse con el histórico edifico de la calle de la Merced.

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