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Un barco el triple de atractivo

El puerto deportivo recibe al "Réauté Chocolat", un trimarán que pese a su - gran envergadura es "muy rápido y ligero"

El "Réauté Chocolat", amarrado ayer en el puerto deportivo. ÁNGEL GONZÁLEZ

Quienes pasaron durante el día de ayer por el puerto deportivo de Gijón, se cruzaron con una de las grandes joyas de las embarcaciones. Un trimarán -catamarán de tres cascos- de quince metros de largo, por quince de ancho, y que llega a la ciudad con motivo de la regata "Pornic-Gijón", que se disputa desde el pasado día 7 de julio y hasta el próximo día catorce.

Dirigida por uno de los mejores navegantes del mundo, el francés de 42 años, Armel Tripon, el navío se ha convertido en uno de los mayores atractivos de la prueba.

Junto a sus otros tres compañeros, Tripon completó el primer tramo de Pornic a Gijón en un total de 26 horas. Un lapso de tiempo en el que la embarcación, que llega a alcanzar los 40 nudos de velocidad (unos 74 kilómetros por hora), muestra todo su potencial. Una característica que resalta el propio Tripon, explicando que es una embarcación "muy rápida, ligera y de regata".

El navegante cuenta con una dilatada experiencia, con rutas completadas a sus espaldas como la "ruta del ron", una prueba en solitario en la que la asistencia brilla por su ausencia y las embarcaciones viajan de Saint-Malo (Francia) a Pointe-à-Pitre (Guadalupe).

El trimarán "Réauté chocolat", que recibe dicho nombre por un patrocinador, y a la que el propio Armel Tripon denomina como el "cuadrado de chocolate", no busca tanto el hecho de competir sino el de abrir vías a este tipo de navíos. Y es que, tal y como explica Tripon, "otros igual se animan".

Además, tirando de ironía, el francés explica que el hecho de viajar con otros tres compañeros es "como una excursión". Una excursión en la que el trimarán acapara todas las miradas, entre otras cosas, gracias a los trescientos metros cuadrados de vela que posee.

La parada en Gijón le ha servido, además, para conocer la ciudad. Y es que, a pesar de haber surcado por el mar gijonés el pasado mes de abril tras salir de Les Sables d'Olonne, no tuvo ocasión de parar en la villa. Una situación que va a cambiar con la "Prinoc-Gijón", donde el "Réauté chocolat" es uno de los grandes puntos de interés.

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