Cada uno cumplió su parte en el guión de una película sin final sorpresa. El gobierno de Foro llevó al Pleno, como le impone la ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, el Plan Económico-Financiero (PEF) en el que deja por escrito las medidas de control del gasto para 2018 y 2019 tras haber incumplido la regla de gasto el año pasado. PSOE, Xixón Sí Puede e IU -los tres partidos de la izquierda que no fueron capaces hace unos días de articular una moción de censura que incluía frenar el diseño forista de ese plan de ajustes- rechazaron en bloque el documento presentado y aprovecharon para hacer un reproche general a toda la gestión económica del gobierno de Carmen Moriyón. PP y Ciudadanos optaron por una abstención desde la que reconocían la obligación legal de aplicar este plan pero sin comprometerse con él.

¿El resultado de la votación? No al Plan Económico-Financiero. Aunque ese resultado negativo no tiene más trascendencia que el castigo político de la oposición a Foro y su incorporación al informe que el Ayuntamiento de Gijón debe enviar al Principado de Asturias, como entidad que debe tutelar las cuentas gijonesas para ver que se cumplen los límites marcados. Nada más porque el gobierno forista ya había advertido desde hace semanas que, con o sin respaldo del resto de los grupos municipales, su voluntad eran aplicar el control del gasto que les impone la ley estatal para evitar más complicaciones y no incurrir en nuevas irregularidades. De hecho, y tras solventarse este debate que fue el primero del orden del día plenario de ayer, el argumento de que eso no se podía acometer "en este contexto económico" fue el más usado por el gobierno de Foro para repudiar iniciativas de los grupos municipales de la oposición.

Así las cosas lo único sorprendente en el debate fue oír elevar la voz a la, habitualmente sosegada edil forista de Hacienda, Ana Braña, en un rifirrafe con el portavoz socialista José María Pérez. Braña había reprochado a la oposición que nadie le hubiera presentado alternativas para negociar el PEF al estar más preocupados en su negociación de la moción de censura y el socialista le devolvió el golpe matizando que poca interlocución se podía tener con quien se había ido de vacaciones. Ana Braña fue la gran protagonista de la sesión plenaria, que acabó presidiendo en los últimos minutos de la tarde ante la marcha de la alcaldesa, Carmen Moriyón, y la ausencia de Fernando Couto.

Pero eso fue mucho después de que la edil de Hacienda pidiera a los grupos, y más concretamente a IU y Xixón Sí Puede con cuya abstención se aprobó el presupuesto de 2017 que acabó superando el techo de gasto y con los que se apalabró la polémica rentan social, que hicieran un ejercicio de responsabilidad y aprobaran este Plan Económico. No tuvo éxito en su petición. Ni siquiera cuando usó como argumento que "de todos modos estamos obligados a cumplir con estos límites de gasto, como todos los ayuntamientos. La única diferencia es que nosotros tenemos que plasmarlo por escrito". Tampoco arrancó ningún voto favorable con su enumeración de inversiones, transferencias, subvenciones... "Nuestra voluntad es mantener un ayuntamiento saneado y asumir la responsabilidad de nuestra acción", remató.

"Hablan de números como si fueran algo inerte y de su plan como algo sin alma. Como su gobierno, sin alma y yo diría que también sin cerebro", le reprochó el portavoz socialista. José María Pérez, al estilo "niña de Rajoy", le puso nombres ficticios a gijoneses que irían al paro o no lograrían un empleo por la aplicación del PEF.