Con un poco de retraso sobre el horario previsto, y con la vista puesta en el cielo por la amenaza de aguacero, el concierto de Dani Martín -uno de los platos más sabrosos de este recién nacido Gijón Life- comenzó con liturgia de misa del gallo. Un personaje ataviado de esa guisa, de gallo de pelea, anuncia que ha secuestrado al artista, mientras suena un trozo de "Volver a disfrutar". El gallo dirige los aplausos y muestra carteles sobre el escenario: "Buenas noches, cabrones". O "¿estáis listos?". Aparece la banda y arranca potente con "Volver a disfrutar", de la época de "El canto del loco".

Tras "Las ganas", de su época en solitario, y "La suerte de mi vida", de nuevo de vuelta al pasado, al sonar los primeros acordes de "Dieciocho". Dani Martín se dirige a sus fieles, que han llenado el recinto: "¿Qué pasa? ¿Cómo estáis? Hace 18 años que nos vimos por primera vez, ¡arriba esas manos¡", grita el artista, que se acompaña de dos guitarras, bajo, teclado y batería. Tras "Puede ser", un nuevo guiño a sus seguidores asturianos: "Qué sitio tan bonito tenéis. Viva vuestra cultura, vuestra gastronomía, vuestras playas... la de mi madre y la de mis abuelos también".

Si el título de la actual gira del artista madrileño es "Grandes éxitos y pequeños desastres", resulta razonable decir que éxitos de los grandes los hubo en el concierto, en el apartado de repaso a los principales "hits" de su trayectoria. Sonó "Peter Pan", "Contigo" (llamó al escenario a cantar con él a una chica, Miriam), "Mi teatro", "Son sueños", "16 añitos", "Besos", "Qué bonita la vida", "Cero", "Zapatillas"... Y que los desastres se quedaron en el tintero, aunque la amenaza de lluvia fuera constante a lo largo de toda la velada. Y aún así habría llovido al gusto de todos sus seguidores.