Más de una veintena de vecinos del barrio de Cimadevilla tuvieron que ser desalojados de sus casas la pasada madrugada después de que se originase un incendio en un edificio deshabitado -salvo por okupas que entran esporádicamente- situado en la plaza de la Soledad, muy próximo a la sede vecinal. El fuego y el estado del inmueble provocaron poco después un derrumbe que si bien se saldó sin heridos a punto estuvo de perjudicar a los miembros del servicio de bomberos que trataban de sofocar las llamas y cuyas labores posteriores se prolongaron durante cerca de doce horas. Un episodio que "se veía venir", según los vecinos, que llevan tiempo denunciando el estado de abandono tanto de esta edificación como de otras casas del barrio.

Eran poco más de las cuatro de la mañana cuando comenzó el fuego en este edificio situado entre la plaza de la Soledad y el Tránsito de Atocha. "Se despertó a mi hermano al ver las llamas y avisó a mi padre de que había fuego; mis ventanas están a un palmo del edificio", relata una de las jóvenes afectadas. "Hace tres meses ya hubo un incendio, y otro más hará medio año; cierran el edificio pero luego los okupas vuelven a entrar, ya se veía venir algo así", añade la damnificada, que vio llegar a los bomberos pocos minutos después. Ayudados por un camión autoescalera, los miembros del Servicio de Prevención y Extinción comenzaron a verter agua sobre las llamas desde el exterior por seguridad, pues ya a su llegada comenzaban a desprenderse los primeros cascotes del edificio.

Horas después, sobre las seis de la mañana, se cayó el forjado en el interior del edificio y, sin que los expertos del servicio pudieran preverlo, se desplomó el edificio hacia el exterior, rozando la autoescalera y poniendo en serios apuros a los bomberos, que tuvieron que correr para evitar las piedras de toneladas de peso caídas sobre la calle. Tras este incidente, que milagrosamente se saldó sin ningún herido, los equipos de emergencia desplegados en la zona -la Policía Local valló un amplio perímetro en torno a la inmueble afectado- optaron por desalojar a los vecinos de hasta cinco edificios colindantes que podrían estar afectados tras el colapso del edificio. Eran poco más de las seis de la mañana.

Uno a uno fueron avisando a los vecinos de esos edificios, entre los que había personas de avanzada edad. "Además del susto está el disgusto de tener que irte de casa sin saber cuándo vas a poder volver", explica una de las damnificadas de este siniestro, cuando aún no sabía que era seguro regresar a su domicilio. Muchos de los afectados, vecinos del barrio de toda la vida, pudieron realojarse momentáneamente en casas de familiares próximos. Incluso otros vecinos les abrieron las puertas de sus casas. Solos cuatro personas accedieron a hospedarse momentáneamente en el albergue Covadonga.

Regreso a sus casas

Regreso a sus casasLas labores para asegurar la zona concluyeron poco antes de las cuatro de la tarde para proseguir con el desescombro de la zona. Poco antes, la inspección técnica realizada por personal municipal descartó que los edificios colindantes estén afectados, un análisis que permitió a los vecinos regresar esta noche a sus casas, aunque todavía recuperándose del susto. Además se investigará el origen del incendio.

También se vieron afectados varios hosteleros de la calle Rosario (detrás del edificio caído) que no pudieron abrir al público en toda la mañana. "Es una pena porque el día de los aviones suele ser muy bueno", lamentó uno de ellos. Los vecinos de Cimadevilla llevan tiempo denunciando el estado de muchos inmuebles del barrio y exigiendo soluciones reales. Algo a lo que se suman desde el PP, que ya en mayo puso el edificio siniestrado como ejemplo de abandono.