La concejala de Cultura de Gijón, la forista Montserrat López Moro, niega la mayor: no hay censura en la supresión de la "batalla de gallos" que se llegó a programar dentro del Festival Arcu Atlánticu, una actividad que fue descartada finalmente después de un informe desfarovable a este espectáculo característico entre los cultivadores y aficionados al hip hop. "No hubo censura, más bien hemos querido ser coherentes con una directriz municipal aprobada por todos en 2014", aseguró.

Montserrat López admitió que se llegó a barajar la posibilidad de organizar ese espectáculo, en el que los raperos contienden verbalmente en el escenario con letras alejadas en ocasiones de lo que se entiende por corrección política. La concejala dejó claro, no obstante, que nunca se llegó a contratar el evento. Otras fuentes han precisado, según publicó ayer este diario, que llegó a estar programado para mañana jueves, a las de la tarde, en la pista de "skate" de Cimavilla.

"Se pidió, pero no hacía falta ese informe de Igualdad, porque queremos ser coherentes con los anuncios contra la violencia que hay por ejemplo en la entrada de Gijón; no hubo censura", insistió Montserrat López, antes de añadir: "Sería incoherente que pidamos esa colaboración ciudadana y después programemos una 'batalla de gallos'".

La concejala de Cultura dijo tajante que ella jamás habría programado dentro del Arcu Atlánticu una actividad como las "batallas de gallos", que sí tuvo acogida por ejemplo -y con éxito multitudinario- en la última edición de Metrópoli. Es un festival privado, pero con amplio respaldo municipal. Admitió que hubo un equipo que trabajó en un programa del que, posteriormente, cayeron varias actividades: la "batalla de gallos", pero también un desfile de modelos en el Muelle .

El informe de la Oficina de Políticas de Igualdad, departamento que depende directamente de la alcaldesa, Carmen Moriyón, deja claro el rechazo a los contenidos usuales de las "batallas de gallos". Una portavoz explicó, según publicó ayer este periódico, que las letras sexistas o contra la policía han provocado problemas en algunas ciudades españolas. Las llamadas "batallas de gallos", una expresión del hip hop, surgieron en el Bronx neoyorquino de los años setenta con los primeros pasos de un movimiento que se ha hecho internacional.

La oposición, a la espera de información completa

La oposición municipal optó ayer por esperar a tener una información más completa sobre el asunto antes de cuestionar la decisión de la Fundación Municipal de Cultura. El más crítico fue el portavoz del PP, Pablo González: "Si ese criterio se aplica a todas las actividades culturales gijonesas, cerraríamos la "Semana negra". "Posiblemente hubo censura previa; hay que fijar criterios y una línea para que todo el mundo sepa a qué atenerse". "Si hay un informe de Igualdad ante una actividad que puede ofender, estamos de acuerdo con la decisión (que se tomó)", explicó la socialista Lara Martínez.

Orlando Fernández, de Xixón Sí Puede, optó por esperar a tener información detallada de los pasos que siguió Cultura. Dejó claro, no obstante, que "no se puede descalificar de antemano un formato escénico; hay mujeres y hombres que participan en esas batallas con posicionamientos feministas". Ana Castaño, de IU, anunció que pedirá más información por los canales municipales adecuados antes de fijar posición. Insistió en que "es peligroso adelantarse a un espectáculo que aún no ha tenido lugar y hablar de delitos; medidas preventivas de este tipo me ofrecen dudas". "Prefiero ser prudente, pero, si existe ese informe, hay que respetar la decisión", indicó José Carlos F. Sarasola, de Ciudadanos.