"Hay que acabar con los complejos porque lo que hacemos aquí también puede ser muy bueno; es hora de que hagamos cosas grandes". Son palabras del actor Pedro Durán, que ayer suscribieron sus compañeros de tablas y aventura empresarial de "Horror. El show que nunca se debió hacer", el esperado espectáculo inspirado por la película de 1975 "Rocky Horror Picture Show", de Jim Sharman, y el musical homónimo de Richard O'Brien. Una de las propuestas más ambiciosas de los últimos años del teatro asturiano, al aglutinar en un mismo empeño hasta cuatro compañías. La obra, que dirige Laura Iglesia y en la que debuta como actor Rodrigo Cuevas, subirá a las tablas del Jovellanos el próximo jueves, día 2.

"Vivimos el inicio de algo y la posibilidad de que pasen cosas; tenemos los recursos, así que cada día habrá más planteamientos de este tipo", defendió el actor Luis Alija. Éste, titulado en interpretación por la ESAD, fue elegido el pasado mes de mayo primer presidente de Escenasturias, la nueva agrupación que surgió de las fusión de las dos asociaciones de profesionales que convivían en Asturias: Acpta y Foroescena. "El público demanda cosas cada vez más grandes y una compañía como la nuestra, Ambigú, no puede afrontar sola un montaje como éste (en referencia a "Horror", apuntó Durán.

La unión temporal de compañías o las fusiones a largo plazo pueden ser una salida empresarial al atomizado panorama teatral asturiano, sumido además en un momento crítico por lo que Escenasturias (asocia a treinta y dos empresas) considera como el del desmantelamiento del circuito de artes escénicas del Principado. Todo indica que la Consejería de Cultura quiere cambiar el actual funcionamiento de ese sistema, que propicia la contratación de unas 260 actuaciones al año, por una línea de subvenciones directas a los Ayuntamientos.

Los profesionales del teatro asturiano están indignados. Y no es extraño que el asunto salga cada dos por tres, incluido en la presentación de una propuesta escénica que, como es el caso de "Horror", suma tantas voluntades. La propuesta une a las compañías teatrales Ambigú, Higiénico Papel, Saltantes y Teatro Fin del Mundo. No proliferan las iniciativas de este tipo. No es por tanto descabellado pensar que con colaboraciones de este calado se abren vías para el crecimiento empresarial -también artístico- del teatro profesional asturiano.

Hablaron ayer en la Casa de la Palmera los citados Luis Alija, Pedro Durán, Rodrigo Cuevas (contratado para el espectáculo) y la directora Laura Iglesia, pero también Arantxa Fernández, Nerea Vázquez y Carlos Dávila. Todos conocen al dedillo la escena asturiana, sus problemas crónicos y las potencialidades creativas hasta ahora insuficientemente exploradas, quizás, de su compleja variedad. Veremos. "Esto de juntarnos cuatro compañías en un momento dramático por los peligros que corre el circuito no es algo que se suela hacer en Asturias", insistió Durán, para quien un montaje como "Horror" es también "una reivindicación de las industrias asturianas". "Estamos siendo todos especialmente generosos, y eso en una profesión donde hay tanta vanidad", indicó la directora Laura Iglesia.