En los conciertos de "Vetusta Morla", que cada día "morla" más -no se trata de un burdo juego de palabras, sino que el grupo, ya veterano, va creciendo sobre sí mismo- , suele ocurrir lo mismo: el público comienza frío y se va animando al paso de las canciones. Y Gijón no iba a ser menos, donde la banda congregó a unos cuatro mil seguidores. Había ganas de verles sobre el escenario de Hermanos Castro, tras varios años de ausencia.

El recital comenzó con la canción que da titulo al último disco del grupo, bautizado "Mismo sitio, distinto lugar". A la segunda, "Deséame suerte", el público ya empezó a cantar. Después vivinieron "El discurso del rey","Palmeras en La Mancha", "Golpe maestro" y "La mosca de tu pared" y ya para entonces la descarga de energía, arriba y abajo del escenario comenzó a ser incuestionable: coros, manos arriba y palmas.

A la sexta por fin un ligero descanso para hacer las presentaciones de rigor. "Muy buenas noches. Hacía mucho tiempo que no veníamos y había ganas de tierra astur. Gracias por venir y a disfrutar". Era la voz inconfundible de Pucho, el vocalista del grupo, quien añadió que el último disco, que presentaron ayer en Gijón "nos ha vuelto a cohesionar en torno a la música". El nuevo disco hay que reconocer que es muy bueno y muy compacto, no obstante fue grabado en los míticos estudios Hansa de Berlín, y mezclado por el no menos mítico Dave Fridmann .

Va pasando el concierto y el sonido, magnífico, se vuelve cada vez más contundente a base de guitarras y teclados. Con "Copenhague", ya a la mitad de la actuación firmaron el acabose. "El corría, nunca le enseñaron a andar. Se fue tras luces pálidas. Ella huía de espejismos y horas de más", cantaron al unísono miles de gargantas. Algo parecido a lo que ocurrió después con "Sálvese quien pueda" y "Valiente".

El concierto de "Vetusta Morla" fue una celebración del pasado y un anuncio de lo que está por llegar de la mano de una banda que ha alcanzado, pese a su juventud, una más que digna mayoría de edad.