"Hay mucha belleza en el mar que aún no tiene nombre", afirma Jesús Ortea, el científico asturiano que ha descubierto recientemente una nueva especie de caracol marino a la que bautizó como "Quini", por su color rojiblanco. El caracol que homenajea al fallecido Enrique Castro, "El Brujo" de los campos de fútbol y el gran símbolo del sportinguismo, se presentaba ayer formalmente en el gijonés Museo Evaristo Valle. Esa belleza del mar sí tiene nombre.

Este científico noreñense, que bucea en las costas de Cuba, Cabo Verde y el mar Cantábrico en busca de nuevos seres, comenta que también han dado nombre a nuevas especies en honor a las mujeres ganadoras del premio "Príncipe de Asturias", pero "desgraciadamente, no ha trascendido", a pesar de tratarse de hallazgos similares a los de este molusco. En total, su equipo lleva descubiertos unos 750 animales diferentes, para lo que "es necesaria una experiencia muy amplia", que ayuda a identificar las pequeñas diferencias que puede haber entre una especie catalogada y otra desconocida.

Éste fue el caso de este nuevo descubrimiento, ya que "Prunum Quini" -su nombre científico completo- fue confundida en un principio con "Prunum Gijón", una especie similar también descubierta por el noreñés en la misma zona años atrás. Tras varios análisis, el asturiano y su compañero cubano José Espinosa concluyeron "que era muy diferente", por lo que el objetivo siguiente fue buscar un nombre al animal.

Los colores del caracol fueron el distintivo que inspiró a este científico a la hora de nombrar al molusco: "Cada vez que lo veo, me vienen a la mente recuerdos en Gijón", afirma Ortea, a quien acompañaba ayer su hija, vestida con una camiseta con una foto del molusco impresa.

"Me he jubilado para poder trabajar", sentencia el noreñés, que ha aumentado su actividad investigadora tras terminar su vida laboral como profesor de la Universidad de Oviedo, y tiene ya más de 400 estudios académicos publicados relacionados con el descubrimiento de nuevas especies.

Ortea, especialista en el ecosistema oceánico, acaba de publicar también un libro sobre babosas marinas, otra de sus áreas de investigación. "Siempre se habla de biodiversidad en sentido negativo, por las especies que se extinguen. Pero también sería bueno hablar en positivo, por todo lo que se descubre", argumenta el zoólogo, poniendo en valor la labor anónima de estos investigadores.

Para Ortea, la pasión por la biología marina y el "conocimiento acumulado" que posee son la combinación necesaria para ejercer esta labor, que explicó ayer en el Museo Evaristo Valle, donde se puede apreciar este pequeño molusco descubierto en las aguas de La Habana. El ejemplar del "caracol brujo" podrá visitarse en este museo de Somió, y seguirá rindiendo homenaje, en los arrecifes cubanos, y ahora también en Gijón, al eterno futbolista rojiblanco.