Mario Viñuela (Gijón, 12 de marzo de 1982) es un "crack". No lo dicen sólo en Gijón quienes conocen a este joven compositor que inició la carrera de Historia en la Universidad de Oviedo y acabó la de Comunicación Audiovisual en Salamanca. Lo piensan también los productores del canal HBO, que han elegido uno de sus temas, "Pienso, luego existes", como banda sonora del segundo episodio de la serie "Sharp objects" ("Heridas abiertas"), que cuenta con un seguimiento superior a los dos millones de espectadores y que está protagonizada por la actriz y cantante estadounidense de origen italiano Amy Adams, ganadora de dos "Globos de Oro", y dirigida por Jean-Marc Vallée, ganador de un "Emmy".
Mario es el pequeño de tres hermanos de una familia con afición a la música. Creció en el barrio de Les Caseríes, cuando la zona no era, como hoy, una sucesión de chalés sino entorno típicamente rural, con una granja enfrente de su casa. O sea, que pasó los primeros años pateando caleyas sin asfaltar, huertas y praos en los que pastaban vacas. Viajero impenitente, se lo debe a sus padres, que cada vez que había vacaciones o puentes embarcaban a la familia en una aventura de camping y en furgoneta. Los Viñuela conocen y reconocen mundo desde niños: Inglaterra, Italia, Alemania, el Cabo Norte...
Cursó las primeras letras en el colegio de Cabueñes, al igual que sus hermanos. En los años ochenta, aquél era un colegio rural, con críos que llegaban de las parroquias rurales cercanas, como Quintes o Peón.
Quién lo iba a decir, pero en esa época le da por el baloncesto. Practica el deporte de la canasta en el equipo del colegio Río Piles y luego en el Grupo Covadonga. Y al igual que sus hermanos, empieza a estudiar música, aunque lo que mejor se le daba era el dibujo.
El gusanillo musical se le cuela dentro desde pronto, en el instituto de la Universidad Laboral. Monta un grupo de rock que bautizan "Outside", al gusto del pop británico de la época, con influencias de "Oasis", "Blur" o "Suede". Es el tiempo glamuroso de los últimos coletazos del Xixón Sound en la ciudad, y Mario toca la guitarra, canta y empieza a componer sus primeras canciones. El chaval se va haciendo mayor e independiente y los viajes familiares del verano dan paso al intercambio con Estados Unidos. Su destino es Denver.
Llega la época universitaria y se matricula en Historia, en Oviedo. Cursa tres años de licenciatura. No era mucho de ir por clase, pero tampoco perdía el tiempo, preparaba los exámenes y profundizaba en lo que más le interesaba. Pero el mundo de la música no deja de interesarle y hace sus pinitos, de manera muy artesanal, en el ámbito de la producción musical. Con los ahorros adquiere una mesa de mezclas digital Yamaha y graba sus primeras maquetas, en un estudio improvisado de la vivienda familiar. El último semestre de tercer curso de Historia se lía la manta a la cabeza y, viajero como es, se marcha con una beca "Erasmus" a la Universidad de Salford. Para entonces ya tenía decidido que quería cambiar la carrera de Historia por la de Comunicación Audiovisual. Así que cambio las aulas de Oviedo por el "alma mater" salmantina.
Fue justamente en Salamanca donde empezó su afición por el cine. En esa ciudad existían unas salas, las Van Dyck, que además de películas actuales proyectaba ciclos de filmes de época, muy del agrado de los estudiantes universitarios. Ve cine de manera compulsiva y comienza a hacer sus primeros cortometrajes. El tema elegido por HBO para "Heridas abiertas" lo compuso para su primer cortometraje, "Pienso, luego existes", que curiosamente rodó en Salamanca en 2006.
Resulta curioso que la música que llamó la atención de las cabezas pensantes de uno de los canales de televisión por cable y satélite más populares de Estados Unidos y Latinoamérica, HBO, propiedad de Time Warner, fuera inicialmente un trabajo en vídeo muy artesanal, escaso de equipo y lleno de ingenio: palos, cuerdas, una tabla de cocina, un carrito... cualquier cosa que tuviera a mano servía para hacer un travelling, una panorámica. Era cuestión de echarle imaginación y muchas ganas. Para ese primer corto ya se ocupó personalmente del montaje, la música, el guión y la dirección.
Después de ese primer trabajo, de la ópera prima de un chaval con ganas de comerse el mundo, vendrían unos cuantos más en la misma línea. Esa época sirvió de escuela a Mario para aprender a componer música para la imagen. El primer corto salmantino tuvo un importante recorrido: eran los primeros años de Youtube y, sorprendentemente -o no-, las visitas se multiplicaban. El caso es que el trabajo pionero de este gijonés inquieto resultó premiado en festivales en España y fuera de este país, como el Festival de Cortometrajes Lumière de Cartagena de Indias, en Colombia.
El pequeño de los Viñuela es un tipo multimedia. También le dio en otro tiempo por la fotografía. Viajó a Islandia y a Amsterdam, siempre con la cámara en ristre. Era una época aquélla de enormes inquietudes intelectuales y Mario se apasionaba con cada proyecto que emprendía.
Acabó la carrera en Salamanca y emprendió el máster con un trabajo final sobre la música de tráilers en el cine. Y con su flamante título bajo el brazo llegaron los primeros trabajos. Fue montador de tráilers de cine en Madrid, ciudad en la que se estableció un tiempo para realizar un curso superior de montaje y posproducción en una conocida escuela de cine.
Un poco tiempo después vuelve a Asturias para emprender proyectos más creativos, más cercanos a lo que buscaba, a lo que era su gran sueño. En 2010 monta el grupo "El Patio de Tu Casa", con el que graba dos discos y da conciertos por toda España. En estos años también dirige varios videoclips y empieza a componer y publicar sus propios discos a piano.
Compone música para cortometrajes y para series de televisión (Disney XD, Canal Boing, Cartoon Network y Canal Crimen e Investigación). Obtiene el premio a la mejor banda sonora en el VII Festival nacional de cortometrajes de Boadilla del Monte en 2011 por el corto "Jaque", de Iker Franco. Su primera banda sonora llega de la mano del asturiano José Antonio Quirós, para su película "Todo el tiempo del mundo" (2014). Luego vendría la banda sonora de "El signo de Caronte", del director Néstor F. Dennis (2016). Por sus trabajos ha recibido tres premios AMAS (Anuario de la Música Asturiana) y dos premios "Gava" del Festival Internacional de Cine de Gijón. Lo dicho: un crack.
