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ANTONIO GARCÍA-SANTESMASES MARTÍN-TESORERO | Catedrático de Filosofía Moral y Política y exlíder de Izquierda Socialista, corriente de opinión interna del PSOE

"Para defender la unidad de España Podemos es un aliado imprescindible"

"Hoy el tema de la monarquía tiene relevancia después de años siendo el gran tabú de la política española"

Antonio García-Santesmases, en la plazuela de San Miguel. JUAN PLAZA

Antonio García-Santesmases, de 64 años, es catedrático de Filosofía Moral y Política en la UNED. Entre 1984 y 1997 fue miembro del Comité Federal del PSOE y portavoz de Izquierda Socialista hasta 2000, año en el que dejó la política activa para volver a la enseñanza. Pasa unos días de vacaciones en Gijón.

- El escenario político en España ha pasado del bipartidismo o una situación más plural.

-Evidentemente se produce a partir de 2011, del 15 M, un cambio generacional que va a provocar un cambio en el sistema de partidos y que va unido a otro doble fenómeno; el final de ETA en octubre 2011, aunque haya habido pasos posteriores, y la intensificación del "procés" de Cataluña. La quiebra generacional al final va a provocar esa misma renovación en los dos grandes partidos. Sánchez y Casado son generacionalmente equiparables a Iglesias y a Ribera. Después está el "procés", que no es generacional, de impugnación del Estado autonómico. Cuando se entra en un problema de querer formar parte o no de una comunidad, el asunto es mucho más complejo, como hemos visto en los años 90 del siglo anterior en Yugoslavia.

- ¿Solución?

-En juego hay tres relatos que pugnan. Dos de ellos que se refuerzan entre sí por la polarización; el nacionalismo catalán y el nacionalismo español que ha resurgido en Cataluña. De himno a himno, de bandera a bandera, hay una pelea. Y hay un mundo intermedio, que intenta ver la manera de que podamos seguir viviendo juntos respetando la diversidad. Esa es una posición que hoy es minoritaria en Cataluña. Yo desearía que esta tercera posición adquiriera más fuerza no sólo en Cataluña, sino en el resto de España. Cuando hay dos bloques que chocan no hay manera de entenderse. Esta batalla, si la queremos ganar los que tenemos una posición federalista, tenemos que ganarnos a la nueva generación y a mi me parece que aquí Podemos es un aliado imprescindible. Frente a la tesis de la derecha que dice "hay un gran reto que unen el independentismo y Podemos", yo digo que no, si usted quiere defender la unidad de la nación española, con todo lo compleja que es, Podemos es el aliado.

- Más que como el aliado, una parte relevante del PSOE ve a Podemos como el enemigo.

-Por que hacen otra interpretación, que es que Podemos es un fenómeno vinculado a la cosa bolivariana e impugna la transición. Los que están en esta posición consideran que donde el PSOE ha perdido realmente votos es con Ciudadanos. Pero se nos han ido por los dos lados. Da la casualidad de que a Podemos le ha pasado lo mismo, se ha encontrado con que gente que en las municipales votaba a Ada Colau, en las autonómicas votaba a Inés Arrimadas. Por lo tanto, cuando dicen que Ada Colau es ambigua, yo digo que en la situación en que estamos, bendita ambigüedad. Si toda esa base social se hubiera ido directamente al independentismo, ahí es donde tendríamos un problema fuerte.

- ¿Considera que hay que reformar la Constitución?

-La reforma tiene sentido si buscamos algo que preserve el valor de la unidad, pero para eso tienes que tener la voluntad de los independentistas, que quieran aterrizar en esa vía. Lo más importante es el debate previo. Y ahí, desgraciadamente, las izquierdas en España durante mucho tiempo abandonaron su propia memoria republicana. Es decir, las derechas han hecho un esfuerzo para reconstruir un discurso liberal conservador potente. El nacionalismo catalán también hace por rearmar un discurso independentista potente. La izquierda durante mucho tiempo ha preferido rehuir el debate de la memoria y la historia de la propia identidad republicana. Es como si esa cultura republicana se hubiera perdido en la noche de los tiempos, fruto probablemente de cómo se hizo la transición. Ahí hay una tarea intelectual, que trasciende a los partidos, que está en las universidades, que hay que hacer para que ese tercer relato, de las izquierdas, tenga fuerza y arraigo. Es la cultura de lo que fueron la primera y la segunda república.

- ¿Puede el PSOE reivindicar ese relato siendo monárquico?

-Pues es muy difícil. La transición se hace de una manera que se llega a lo que se llamó entonces una ruptura pactada. Es decir, no hay una ruptura democrática con el régimen anterior. No se planteó antes de la elaboración de la Constitución un referéndum sobre la forma de Estado, sino que ese es un debate sólo estuvo en una comisión del Congreso en un voto particular de Luis Gómez Llorente, que defendía la superioridad de la forma republicana sobre la forma monárquica de estado. Él dice en ese momento que no es óbice, si esa propuesta es derrotada, para que no por ello no haya un voto favorable del PSOE a la Constitución, pero añade que nosotros no somos contrarios a que el en futuro se consulte a los ciudadanos. Ese futuro llega en el momento en el que se produce la abdicación. Con la abdicación hemos entrado en una nueva fase con una nueva generación y eso va a plantear que el problema monarquía o república hoy tenga una dimensión y una necesidad que no tenía al principio de la transición, porque en aquel momento había la prudencia, el cuidado, la cautela, el miedo de dónde estábamos, de donde veníamos y de la fuerza que había. Eso depende mucho de la valoración que se haga del papel de la familia real y del anterior rey, del papel del nuevo, de todos los negocios que hayan ido apareciendo y de que un cuñado suyo esté en prisión. Todo esto hace que hoy el tema de la monarquía en España tenga una relevancia que no ha tenido durante años, que ha sido el gran tabú de la política española. Yo digo república, pero república española.

- Algunos títulos universitarios parece que se venden muy baratos.

-Es una muy mala noticia para la Universidad pública, que tiene gente magnífica, que ha estudiado muchísimo y que está esperando a tener una oportunidad. Empezar a dar la imagen de que todo eso es una especie de casa de tócame Roque donde nadie trabaja o donde se regalan los títulos es un espanto.

- ¿Si se demuestra que el presidente del PP fue uno de los agraciados?

-La palabra demostrar... es que hay un tema previo, si hay una imputación por parte del Tribunal Supremo y pide un suplicatorio, a partir de ese momento es muy difícil ser líder de un partido.

- ¿Qué opina del fichaje por el IESE de la mujer del Presidente del Gobierno?

-No tengo la menor idea de cómo funcionan las escuelas de negocios, qué valoraciones hacen ni conozco el currículum de ella. Es verdad que ahí chocan dos cuestiones, por las apariencias, pero eso nos llevaría a caer en otro problema, considerar a la mujer como subordinada al papel del varón. Ella puede tener su vida profesional y puede ser merecedora de eso no por ser, sino a pesar de ser.

- ¿Qué opina de la polémica que hay en torno al Valle de los Caídos?

-Me parece muy importante. Tiene que ver con cómo se hizo la transición. Durante muchos años se pensó que la transición española era modélica en el sentido de que se había logrado en poquísimo tiempo pasar de la dictadura a la democracia, legalizar todos los partidos, incluso ser extraordinariamente audaz en la salida de los presos cuando todavía estaba presente el terrorismo de ETA. Pero todo eso se hizo en una dinámica que era echar al olvido los agravios del pasado.

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