"No pararemos hasta la abolición". Así de tajantes se mostraron ayer el millar de antitaurinos que se manifestaron a las puertas de la plaza de toros de El Bibio, tras una manifestación que recorrió las calles de la ciudad hasta las puertas del coso gijonés.

Pancartas, manos y caras pintadas de rojo o incluso algún ataúd simulado trufaron una protesta en la que se enfrentaron a los millares de aficionados taurinos que se acercaron a El Bibio para disfrutar de la cuarta faena de abono. Con cánticos de "hoy los toros, no están solos", "esta plaza, la vamos a cerrar", "vergüenza nacional" o "menuda educación le dais a vuestros hijos", abuchearon a los aficionados. La tensión aumentó por momentos, con cánticos subidos de tono -"asesinos, toreros y taurinos", "paletos" y otros insultos- y aficionados taurinos encarándose a los manifestantes.

No obstante, gracias al amplio dispositivo desplegado por la Policía Nacional, que colocó unas vallas para controlar a los manifestantes, la situación no pasó a mayores.

"Nuestra intención es cerrar esta plaza, la única de Asturias que sigue permitiendo la celebración de este cruento espectáculo, por muy legal que sea", aseguró Fernanda Blanco, vicepresidenta de Anadel, organismo organizador de la marcha. "Es intolerable que una ciudad como Gijón, declarada dogfriendly, con playas para perros o circos libres de animales, siga manteniendo esta tortura", aseveró.

"No existe argumento válido alguno para mantener los toros", aseguraron en el comunicado que leyeron al finalizar el acto, "un acto cruel, sangriento y violento no puede ser considerado fiesta nacional", augurando que "las corridas acabarán siendo prohibidas y las plazas, derribadas".