En la parroquia de San Pedrohoy se celebra algo más que la festividad local de Nuestra Señora de Begoña. Juan Suárez-Lledó, hijo del popular endocrino gijonés Emilio Suárez-Lledó y ordenado sacerdote del Opus Dei hace apenas tres meses en Roma, oficiará en la iglesia mayor gijonesa su primera misa, a las 13.00 horas. Residente y doctorando de Teología en Roma, Suárez-Lledó siempre quiso celebrar este acontecimiento en la parroquia gijonesa a la que pertenece desde niño: "Lo afronto con alegría porque me hace mucha ilusión celebrar la misa aquí; es mi ciudad, mi gente, y también es un día importante, la fiesta de la Virgen; me hace enorme ilusión que puedan estar conmigo amigos y amigas de cuando éramos pequeños, del colegio y la familia", cuenta el sacerdote.

La fecha de estreno no está elegida al azar, es, en gran medida, una iniciativa del párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, que Lledó aceptó con sorpresa y un inmenso agradecimiento: "Pregunté a mi familia y amigos cuándo les venía mejor y la semana que iban a coincidir era ahora, antes del 20 de agosto; el párroco, don Javier, me dijo que nada de celebrar la misa un sábado o un domingo cualquiera, que le gustaría que viniera el día de Begoña porque iba a haber mucha gente de Gijón y otros que está pasando vacaciones aquí", cuenta el recién ordenado sacerdote, que tiene claro que afronta "un pedazo de estreno, no me lo esperaba".

La celebración, según explica el clérigo, en nada difiere de una eucaristía común. Al terminarla, eso sí, los asistentes podrán besarle las manos en señal de "reconocimiento a Dios": "Es una misa asturiana solemne en la que el coro va a cantar unas canciones a la Virgen; al final, la costumbre es que los asistentes puedan besar las manos del sacerdote en un gesto de valorar que esas manos traen al mundo a Dios a través de la eucaristía y los sacramentos; es un reconocimiento a Dios a través del gesto de las manos", explica.

Licenciado en Comunicación Audiovisual, el sacerdote admite que le gustaría dedicarse a ese ámbito dentro de la religión, aunque asegura que, al final, "todo es comunicación": "Hablar con la gente puede ayudar bastante, el modo de expresarse, de hablar, de presentar las cosas que organizas, las actividades, las predicaciones, homilías, el modo de dar consejos, de escribir textos, de hacer invitaciones, todo eso ayuda a acercar la religión y creo que tienes que meter tu ingenio de lo que has aprendido".

El viernes Suárez-Lledó volverá a Roma, donde le espera la tesis, y la semana que viene viajará a Rumanía junto con otros estudiantes a ayudar a familias a construir iglesias y casas. Con tantos proyectos entre manos su futuro aún no está perfilado, pero tiene claro dónde se ve dentro de diez años: "Me gustaría estar con gente joven y hacer un poco de todo; este es mi nuevo trabajo,, traer a Dios al mundo e intentar que la gente lo meta en su vida. Que se hagan amigos de Jesús, es mi principal objetivo", concluye.