El paso de Lucia Etxebarria por Gijón escribió ayer otro de sus capítulos tras una comida en un conocido restaurante situado frente a la playa de San Lorenzo. La escritora llegó acompañada de tres personas, incluida su hija de catorce años. “Nada más llegar ya tuvo problemas, se quejaba de que la mesa no estaba cerca de la ventana y no tenía vistas a la playa”, dice uno de los comensales que ayer sufrió las iras de la premiada escritora. “Llevamos por lo menos diez años yendo a comer al mismo sitio el día de Begoña, nunca hemos tenido problemas, pero es que el restaurante estaba lleno y la única persona que se quejó fue ella”, continúa.

La escritora se quejó en la red social Twitter de lo sucedido. Lucía Etxebarría explicó en su cuenta que “Había un grupo de unas 20 personas borrachos, gritando a berrido limpio y siendo desagradables (…) Tales eran los gritos que en un momento dado hemos sacado un sonómetro (una amiga es arquitecta). Estábamos a 87 decibelios. A partir de 85 las camareras habrían debido llevar tapones para los oídos, según legislación vigente. El ambiente era insoportable”.

Por su parte la pandilla de la otra mesa explica que “nosotros no negamos que hubiera ruido, éramos veinte, pero nada fuera de lo normal y menos aún un ruido como para que alguien sacara un sonómetro y midiese los decibelios, nadie sacó nada”.

Según Etxebarria los comensales la increparon y la acusaron de querer que el restaurante la invitase a comer. Según la versión de estos, “algo pretendía, porque si no le gustaba la mesa, no le gustaba la comida, no le gustaba el sitio y encima le molestábamos, ¿por qué se quedó hasta el final y entonces montó el número que montó?”. “La única persona que allí insultó a alguien fue ella, nosotros solo la aplaudimos cuando dijo que se iba y sí es cierto que le dijimos que se fuera de Gijón si no le gustaba, pero nadie la insultó”.

La estancia de la escritora en el restaurante finalizó una vez abandonó éste no sin antes pedir la hoja de reclamaciones del local. Se desconoce si finalmente puso una queja formal o no contra la casa de comidas gijonesa.