María López García (Gijón, 1990) acaba de ser pieza importante en el mayor éxito del hockey femenino español desde el oro de Barcelona -92: la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo. Curiosamente en aquel oro de los Juegos Olímpicos del año 1992 en el equipo había otra gijonesa, Masángeles Rodríguez, de la que María es digna sucesora.

Nacida en Gijón y con un hermano dos años mayor que ella, Jorge, María tuvo sus primeros contactos con el deporte, como miles de niños gijoneses, en las instalaciones del Real Grupo de Cultura Covadonga. Allí acudían los dos hermanos a probar distintas modalidades. María lo hizo en el tenis, por ejemplo. Pero un buen día, primero Jorge y al poco ella, pasaron por el campo de hockey donde algunos niños entrenaban y uno de los entrenadores les puso un stick en la mano. Desde entonces María prácticamente no lo soltó. Su hermano, por contra, lo dejó pero al poco tiempo y viendo lo bien que se lo pasaba su hermana volvió a salir al campo y ambos lo siguen haciendo.

Por aquel entonces María era la única niña entre compañeros varones, pero poco a poco se le fueron uniendo otras féminas: Estela García, Lucía Rivero, María Díaz? Se hicieron amigas por el hockey y en la actualidad esa amistad les sigue uniendo también al margen del deporte. María López fue, poco a poco, dando muestras de su calidad hasta llamar la atención de la Federación Española que a los 14 años le propuso trasladarse al Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Sin embargo María, tras consultarlo con su familia, decidió esperar a acabar el Bachillerato antes de dar el salto a la capital de España. Pero ese momento llegó, la Federación mantuvo su oferta y a la capital se fue para compaginar el hockey con sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Complutense.

La primera formación en la que se integró fue la del San Pablo Valdeluz aunque rápidamente fue fichada por el Club de Campo, uno de los mejores equipos de España donde rápidamente se ganó la titularidad y la siempre ilusionante llamada de la selección absoluta. Deportivamente tiene un curriculum de impresión. Con el Club de Campo María López lleva ganadas cinco ligas, otras tantas Copas de la Reina y una medalla de bronce en el Campeonato de Europa de clubes, la única que tiene el hockey femenino a nivel de equipos.

Con las "Red Sticks", como es conocida la selección española femenina, ya supera las 150 internacionalidades y es la capitana. Acabó en octava posición en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y ahora se ha colgado el bronce en el Campeonato del Mundo. En el año 2014 fue portada de una revista especializada, Hockey DH, que la llamaba "Princesa de Asturias". A sus compañeras de vestuario les hizo gracia y empezaron a llamarla "princesa", cosa que al principio no le hizo gracia, pero acabó asumiendo el apodo y ya lo toma con humor.

Muy competitiva y sacrificada, esas cualidades no le impiden tener permanentemente una sonrisa en la boca con la que trasmite buen rollo a los que la rodean.

Su gran nivel deportivo no la impidió ser una excelente estudiante. Acabó la carrera y trabajó en el departamento de Desarrollo de Negocios de Caser Seguros. En su afán de mejorar tenía en mente jugar una temporada en algún equipo extranjero y surgió la opción de hacerlo nada menos que en Holanda, la meca del deporte del stick. Allí se fue para jugar en el Kampong donde la propusieron seguir una temporada más. Sin embargo María prefirió volver a Madrid para continuar su carrera deportiva en el Club de Campo y seguir preparando con la selección los próximos Juegos Olímpicos donde, tras el bronce del Mundial, toda la selección quiere hacer algo grande.

A María le gustaría poder compaginar en el futuro sus estudios con el mundo del deporte y para ello aprovechó su estancia en Holanda para realizar un postgrado en Administración Deportiva. Desde muy joven tiene novio, Javi, que es uno de los analistas en el cuerpo técnico del Atlético de Madrid. Al margen del hockey, a esta gijonesa le encanta leer pero sobre todo salir con las amigas. Los que la rodean la consideran una mujer tímida pero consciente de que en estos momentos es el referente para todos los jugadores asturianos de su especialidad, y asume su papel, lo que la lleva a atender todos los requerimientos que le hacen para compartir minutos con los más jóvenes. En sus pocos momentos en su Gijón natal siempre saca unos minutos para pasarse por el Grupo Covadonga y alentar a los equipos inferiores. Para que su medalla y la del equipo español luzca cuanto más, mejor.