El presidente del Principado, Javier Fernández, fue como de costumbre sutil en sus críticas, pero no ocultó ayer en Gijón su discrepancia con el gobierno socialista de Pedro Sánchez respecto al conflicto catalán y la transición energética. Sobre el primer asunto, el líder autonómico lanzó la siguiente advertencia en la inauguración de la Escuela de Verano de UGT: "Si uno se reclama de izquierdas tiene que empezar por decir que no es nacionalista". Y sobre el segundo tema, del que ya manifestó en reiteradas ocasiones su rechazo a una descarbonización "exprés", alertó de que "llegar el primero en solitario y escapado del pelotón no sólo sería muy esforzado sino que tendría más castigo que premio y, para colmo, resultaría inútil".

Fernández fue el encargado de cerrar el acto inaugural de la 19.ª Escuela Manuel Fernández López, "Lito", que conmemorará hasta mañana, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, los 130 años del sindicato. El presidente del Gobierno regional reflexionó -junto al secretario general de UGT Asturias, Javier Fernández Lanero, el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda y el teniente de alcalde de Gijón, Fernando Couto- sobre "el papel de las instituciones democráticas", título que llevó su conferencia. El socialista empezó transmitiendo su pesar por el grave accidente de autobús en Avilés -se guardó un minuto de silencio- para realizar a continuación una extensa reflexión sobre estabilidad macroeconómica, el crecimiento, la redistribución y la democracia, los cuatro "desafíos" a los que a su juicio se enfrenta la sociedad española.

Una de esas reflexiones tuvo que ver con la pérdida de confianza en el sistema, que en su opinión "no es consecuencia exclusiva de la corrupción, sino también de las carencias políticas". Dicho con otras palabras: "Lo que va en contra de las instituciones no es sólo la inmoralidad política, sino la mala política". Y abundó aún más: "Sin buena gestión no hay buena política y sin buena política la democracia se resiente. No confundamos la política con la magia. El abracadabra para resolver los problemas sólo funciona en los cuentos infantiles".

Javier Fernández también puso el acento en la necesidad de desarrollar una política fiscal en la Unión Europea. En este sentido, advirtió que "sin una hacienda europea capaz de hacer una política fiscal anticíclica, sin un presupuesto común anticrisis, sin un ministro europeo de economía, sin un seguro europeo de desempleo y sin una mutualización de riesgos, el euro continuará siendo un proyecto inacabado y la estabilidad no estará garantizada". Hiló así el presidente del Principado con el sistema de pensiones, cuya "amenaza" depende "menos de la pirámide poblacional y de la esperanza de vida que de aplicar una adecuada política económica y social". "Tenemos la misma riqueza que antes de la crisis, pero los salarios participan menos de ella, y ese empeoramiento de la distribución de la renta para los trabajadores es el mayor responsable del déficit del sistema de pensiones", enfatizó antes de dar la receta para equilibrar las cuentas de la Seguridad Social: "mejorar los mercados de trabajo y aumentar las remuneraciones".

El jefe del Ejecutivo autonómico se refirió asimismo al independentismo catalán y reclamó a Pedro Sánchez mayor dureza en la gestión del conflicto. "Si uno se reclama de izquierdas tiene que empezar por decir que no es nacionalista", dijo en referencia al secretario general del PSOE. "Decir izquierda nacionalista es un oxímoron, tanto como decir que derecha nacionalista es un pleonasmo", apostilló. En su discurso no faltó tampoco el polémico debate sobre la transición energética. Sobre ello reiteró que "no podemos pretender colocarnos a la cabeza en procesos de cambio tecnológico como el que conlleva la lucha contra el cambio climático en un sector crucial como el energético", porque "las causas son locales, pero los efectos son globales". Además, señaló, "fiar todo a la aparición de nuevas tecnologías de generación sería disparar una bala de plata que, si fallase, no habría manera de mitigar el daño al sector eléctrico en particular y a la economía española en general".

Una transición energética "justa" exigió por su parte el secretario general de UGT Asturias, Javier Fernández Lanero, entendiendo por ello, puntualizó, que "se haga con tiempo, sea negociada y que no ponga en riesgo industrias y empleos". Lanero abundó sobre otro tema de actualidad, la inmigración, que pidió ver "no como un problema", sino como "una solución a la baja natalidad" del país.