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Cabueñes roza el tope de su capacidad formativa con casi cien residentes

El hospital, que ha dado un salto de calidad en el último lustro, ha llegado a las 22 especialidades acreditadas, algo básico para estar en la vanguardia

Participantes en la recepción de médicos residentes de la sanidad asturiana el pasado mes de mayo en el Hospital de Cabueñes. ÁNGEL GONZÁLEZ

La sanidad asturiana va a ofrecer, para este curso, 199 plazas de formación sanitaria especializada, una de las cantidades más altas de los últimos años según han puesto de manifiesto las autoridades regionales. Y en ese esfuerzo lleva involucrado el hospital de Cabueñes en los últimos años. Hasta el punto que, según la responsable de la docencia MIR en Cabueñes, Macarena Corominas, se está rozando el nivel adecuado máximo de capacidad formativa con cerca de un centenar de residentes -de distintos niveles- convertidos en parte activa de la vida en Cabueñes.

Según los expertos, la formación de residentes es uno de los elementos distintivos que llegan a tener una mayor importancia cualitativa en un hospital, por lo que supone de elemento que espolea a los profesionales veteranos para estar a la vanguardia -por la necesidad que se tiene de cumplir con el nivel de necesidades de los médicos en formación- y, a la vez, porque esta simbiosis lleva a los centros por la senda de la investigación, de la formación continua y las nuevas acciones en el campo de la sanidad.

El hospital de Cabueñes, que este año está inmerso en la celebración de su 50.º aniversario, tuvo su primera promoción de residentes en el año 1980. Se empezó sólo con Medicina Familiar y Comunitaria y hace una década tenía acreditación para la formación MIR en 14 especialidades más. En la actualidad hay 22 servicios acreditados para la docencia, cada año se despiden en el área V a cerca de medio centenar de residentes, y el próximo año volverá a incorporarse un médico para formarse como oftalmólogo. El servicio de Oftalmología tenía la acreditación docente desde hace años, pero en los últimos cursos no se había pedido ningún residente, algo que sí ha ocurrido esta vez. Según Corominas, en los últimos "cinco o seis años" el hospital de Cabueñes ha vivido un salto cualitativo y cuantitativo en lo referente a la formación MIR, al conseguirse acreditaciones oficiales en servicios importantes como Digestivo, Neurología, Cardiología o Cirugía Vascular, entre otras.

Aunque a punto de tocar techo, Cabueñes aún tiene la aspiración de completar su oferta con la formación en Dermatología y en Endocrinología. "Dermatología lo tenemos solicitado desde el año pasado, pero el Ministerio aún no ha contestado, y en Endocrino quizá estemos en disposición de solicitarlo un poco más adelante", explicó Corominas que admite que "quedan muy pocos servicios que no tengan residentes".

Para la responsable de docencia, que un hospital ofrezca formación MIR "es importantísimo por una doble cuestión. Es un estímulo para formarte en cosas nuevas, obliga a los médicos a estudiar, a estar al tanto en nuevas tecnologías, favorece que los equipos entren en proyectos de investigación... es un pilar fundamental. Todo ese estímulo lo ofrecen los residentes en un ámbito, además, como el del trabajo sanitario, con mucha carga y que podría llevar al profesional a caer en las rutinas", indicó. Por otra parte, no menos imporante y menos en tiempos de carestía de profesionales como ahora, "un residente que se forma contigo va a establecer una ligazón con el centro y con el área sanitaria que posiblemente le lleve a querer quedarse", razona. Y eso son recambios necesarios en los hospitales. "Son personas que se forman en un hospital en una etapa muy concreta de la vida, donde se hacen muchas relaciones sociales, hasta familiares, y eso les une a un territorio, digamos que echan raíces con nosotros", añade.

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