Cuando se le pregunta si se siente parte de una tradición lírica que engarzaría a San Juan de la Cruz con ciertos tramos de la lírica de José Ángel Valente, lo admite. Pero Juan José Ceba hace a renglón seguido una importante matización, en la que insiste: "Mi poesía bebe tanto de la mística cristiana como de la musulmana, el sufismo". Una querencia que se explica, en su opinión, por las "grandes conexiones" espirituales entre una y otra forma de misticismo. Ocho siglos no pasan en vano.

Ceba, toda una institución humana en Almería, presentó ayer en El Bosque de la Maga Colibrí "Ser en luz" (Saltadera). Es un poemario que repasa dos de sus libros ("Dunas" y "Claridad") y suma algunos inéditos. Un volumen preparado y prologado por Sara Torres. "Su poesía consigue unir mística y experiencia material a través de un viaje hacia lo esencial, hacia la desnudez total del lenguaje", explicó la poeta y filóloga gijonesa. La presentación del libro de Ceba reunió también a Laura Fjäder y al músico Iván San Segundo.

"Lo que intento con mis poemas es un despojamiento de lo superfluo, un desprendimiento retórico de toda esa carga barroca que tiene mucha de la poesía andaluza", hizo resaltar Ceba. Almeriense de 1951, prestigioso pedagogo y vecino "honorífico" de La Chanca, su mujer le trajo a Gijón hace ya veinte años. "Y desde entonces vengo todos los veranos a esta ciudad, con la que me siento fascinado", confesó.