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ANA MARÍA PÉREZ | Profesora de clarinete y reeducación corporal

"Los músicos rechazan perder un momento en calentar el cuerpo"

"Las posturas erróneas se pueden cambiar, todo es proponérselo y tener el convencimiento de que es necesario y saludable"

Ana María Pérez, ayer, en la Laboral. ÁNGEL GONZÁLEZ

Ana María Pérez Martínez es profesora de clarinete y reeducación corporal en el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón, y ayer impartió una conferencia en el Paraninfo de la Laboral para concienciar al público en general, y a los músicos en particular, de la necesidad de adoptar pequeños gestos que cambien para bien la salud y la actividad profesional.

- ¿Cuál es la clave para tener una postura sana?

-En realidad tendríamos que aprender de los bebés, que nadie les ha enseñado nada y son los que tienen una postura más sana. Lo bueno es que todos hemos sido bebés alguna vez, y eso está grabado en nuestra memoria muscular. Lo que pasa es que vivimos muy aislados de nuestro cuerpo, a mil desde pequeños, y nos desconectamos del cuerpo. Lo ideal sería pararse, proponerse realmente que a través de unos hábitos saludables en cuanto a higiene postural podemos mejorar muchos aspectos de nuestra vida. Tenemos que darnos el tiempo para poder respirar antes de hacer cualquier actividad. El simple gesto de no cruzar las piernas, que es algo que todos tenemos muy asimilado cuando estamos sentados, incluso desde Infantil, ya estamos ganando muchísimo. Porque cruzando las piernas ya estamos perdiendo mucho, retorciendo toda la musculatura y forzándola. Son pequeños gestos, y aparte podemos hacer técnicas corporales que nos ayuden a tener una consciencia más profunda del cuerpo, que son las que necesitamos los músicos, los alumnos de danza y los artistas en general. Y también en el ámbito deportivo.

- ¿Es la gente es consciente de esta necesidad?

-Sí, pero a la vez que es consciente de esa necesidad quieren un remedio rápido: un corsé que me permita tener la espalda derecha sin ser yo consciente, y eso es un remedio puntual. Lo que no estamos tan dispuestos es a pagar el precio que supone hacernos responsables de mantener esa postura. Y eso ocurre desde que somos muy pequeños.

- ¿Se puede corregir?

-Siempre se puede tener una mejor postura por mayor que seas. Ahora se está demostrando que podemos modificar el cerebro, que está en continua evolución hasta edades muy avanzadas. La postura también se puede cambiar, todo es proponérselo y tener el firme convencimiento de que es necesario y saludable.

- ¿Hay que empezar a trabajar desde pequeños?

-Lo principal de todo es ser un buen modelo para los pequeños. Es como si le dices con el cigarro en la mano a un niño que no se le ocurra fumar. El problema es que los niños lo aprenden todo por imitación y sin darse cuenta van captando imágenes y modelos que luego imitan. Tener una vida sedentaria, y los niños la tienen cada vez desde más pronto, también hace que sea más difícil. Mis hijos tienen un buen modelo en casa de buena postura, y aún así el estar en el colegio sentados un montón de horas hace que ellos mismos acaben adoptando posturas que no son correctas.

- ¿Es posible volverse un bebé con constancia?

-Es posible alcanzarlo, y sentir la satisfacción de alcanzarlo. Que el cuerpo tiene memoria para lo malo lo sabe todo el mundo, y la mente igual. Deberíamos aprovechar lo contrario, la memoria para lo bueno, y con el cuerpo es lo mismo. Tenemos mucha memoria muscular, en nuestra musculatura profunda está impresa la forma natural de movernos; somos animales de movimiento, estamos mucho tiempo parados, sentados o de pie y a nada que despertemos esa conciencia veremos con satisfacción que nos duele menos la espalda, que respiramos mejor, que cansamos menos al subir las escaleras. Resulta tan agradecido que engancha y quieres ir completando esa conciencia para reconquistar tu propio cuerpo.

- Es fundamental para los músicos...

-Sí, y hay mucha tarea que hacer con ellos porque aún no existe conciencia de la necesidad de perder unos minutos en calentar el cuerpo antes de tocar. Los estudiantes de música sienten que no tienen tiempo para todo ello. Y no se dan cuenta de que invertir diez minutos en un calentamiento corporal merece la pena porque luego va a ser mucho más satisfactoria la interpretación, y mucho menos lesiva. Porque por buena que sea una postura en general, mantenida durante mucho tiempo tampoco es buena. Por muy buena que sea la técnica de un instrumentista, hay adaptaciones del cuerpo que acaban pasando factura. Y con calentamientos, estiramientos y educación corporal contrarrestamos ese efecto de la música en los músicos.

- ¿Pueden llegar a tener lesiones graves?

-Sí, acaban teniendo distonía focal, sobre todo en los músicos de viento a nivel de la musculatura de la boca que no se trabaja de forma consciente; o el típico codo del tenista por el sobreúso y por trabajar el cuerpo de forma aislada. Hay que hacer que todo el cuerpo esté conectado.

- ¿Cuál es su consejo para ello?

-Sobre todo pongo el foco en las cosas cotidianas que hacemos y que también interfieren en la actividad musical. Y también animo a la gente a que animen a probar la música, que se animen a ser músicos, el ser humano es musical por naturaleza.

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