Una mujer asturiana recibirá 26.312 euros por los daños y perjuicios sufridos tras una operación bucal llevada a cabo en la clínica gijonesa de iDental -la firma que cerró sus puertas hace unos meses dejando a millares de pacientes en toda España con el tratamiento a medias o mal realizado- que le dejó como secuelas una sinusitis crónica, dolor e inflamación persistente en el diente 11 y la pérdida del diente 27. El Juzgado de Primera Instancia número 6 de Gijón responsabiliza de ello tanto al odontólogo que la operó como a la propia iDental en lo que constituye una de las primeras sentencias en España contra esta firma. Hay que recordar que iDental está siendo investigada por el supuesto fraude masivo a sus clientes y, de hecho, ha habido registros policiales en todos sus centros, incluido el de Gijón, situado en el barrio de Tremañes.

Al igual que hicieron cerca de mil asturianos en su día, la afectada -ha estado representada en este litigio por el abogado gijonés Emilio José Ceñal Fernández- acudió a la clínica ubicada en Tremañes en marzo de 2016. Allí, tras una exploración bucal, contrató dos planes de tratamiento dental, uno primero que incluía limpieza, elevación de seno, implantes quirúrgicos y reendodoncia y, posteriormente, varias actuaciones odontológicas repartidas en diferentes intervenciones. Pero sus expectativas de mejora no se cumplieron. Al contrario, al poco de ser intervenida por el doctor ahora condenado, la paciente comenzó a sentir fuertes dolores en la boca, en concreto en la zona del maxilar superior izquierdo, tras la elevación del seno practicada. Según apuntó la víctima en la denuncia y el juicio, acudió a que la ayudasen para evitar los dolores. No tuvo éxito.

Comenzó entonces un peregrinaje médico de nueve meses, con visitas periódicas al Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital de Cabueñes. Allí constataron una fuerte infección en el seno que motivaba los dolores. La explicación estaba en que durante la intervención quirúrgica se había perforado la membrana de Schneider; concretamente durante la realización de un injerto óseo sinusal. Lejos de detectarlo y esperar a que cicatrizase durante el tiempo necesario -dos meses estimó el perito- el odontólogo optó por elevar el seno maxilar sin tratar la perforación. Eso provocó, dice la sentencia, una infección en todas las estructuras del seno.

Los desastres de la intervención en iDental

El informe pericial realizado por un doctor en Medicina y Cirugía especialista en Odontología -designado como perito judicial- confirmó que la intervención no se había realizado con buena praxis. Lo justificó -y ratificó en la vista oral- que no se realizaron las pruebas diagnósticas previas para obtener un buen diagnóstico antes de proceder a la elevación del seno maxilar. Tampoco se realizaron radiografías intraorales u ortopantomografía para comprobar dónde se había quedado alojado el material de injerto óseo. Ítem más: el perito también apreció mala praxis en relación con un implante y corona colocados en la posición 11 al observar que la corona estaba totalmente desajustada y provocaba dolor así como que el implante presentaba una mala integración. Por último, el informe estima que la denunciante había perdido la pieza 27 también por una mala praxis restauradora.

En base a esos informes, la magistrada de Primera Instancia "considera debidamente acreditada la existencia de una mala praxis en la realización de la elevación del seno". En primer lugar, dice la sentencia, porque de haberle realizado un TAC a la paciente previo a la intervención "se habría podido tratar la rotura sin que se produjera la infección". Esa misma mala praxis la aprecia la jueza en relación a otras dos intervenciones con esta paciente, pero que no realizó el médico encausado en este procedimiento.

A tenor de su "estancia" en iDental, la mujer denunciante tuvo que volver a ser intervenida y, en suma, fueron 297 los días que tardó en recuperarse, desde la perforación de la membrana hasta que se recuperó de operación realizada en Cabueñes, que consistió en limpiar el maxilar superior izquierdo en el que se localizaba la infección y extraer el cuerpo extraño albergado en esa zona a consecuencia de la deficiente ejecución llevada a cabo en la clínica gijonesa de iDental.

El fallo judicial, contra el que cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincialen el plazo de veinte días, estima en parte la demanda de la paciente asturiana contra iDental, declarada en rebeldía por su incomparecencia en esta litis, y al doctor en cuestión y les impone abonar de forma solidaria 26.312,39 euros a la afectada. De esa cantidad, el sanitario condenado deberá abonar 21.787 euros, lo que corresponde a los daños de su intervención.