Felicidad Díaz García nació en Bruselas hace 54 años. Con raíces familiares en Tuilla y Carbayín Alto, vive en Gijón. Es vendedora de El Corte Inglés de la ciudad y desde hace 16 años la secretaria general de la Federación de Asociaciones Sindicales (FASGA) en Asturias, entidad independiente a cuya ejecutiva estatal también pertenece desde hace ocho años. FASGA acaba de celebrar en Gijón su XI Congreso Estatal, donde junto a Felicidad Díaz también ha pasado a formar parte de su ejecutiva, como secretaria de igualdad, la secretaria de organización de Asturias, Angélica Vázquez Flores.
-¿Qué implantación tiene actualmente FASGA en Asturias?
-Nuestro sindicato nació hace cuarenta años como unión de tres sindicatos independientes de grandes almacenes de Madrid y Barcelona. A partir de ahí se expandió a grandes superficies, a seguros y a agencias de viajes. En Asturias tenemos unos 1.000 afiliados, en empresas del grupo El Corte Inglés, Carrefour, seguros y agencias de viajes. Tenemos unos cincuenta delegados sindicales en Asturias.
-¿Cuál fue la conclusión de este congreso estatal recién celebrado?
-Para este mandato nuestra prioridad es mantener el empleo, porque si no, poco tenemos que hacer los sindicatos. También tenemos como proyecto la expansión, porque nosotros sólo nos financiamos con la afiliación, no con subvenciones. También queremos seguir fomentando las jubilaciones parciales, con contratos relevo. Además se plantea incidir en los temas de igualdad de la mujer.
-¿Qué plantean en este último aspecto?
-Angélica Vázquez está haciendo una labor muy reconocida en Bruselas; el último trabajo que presentó, sobre el acoso en empresas privadas, lo va a publicar y trabajar sobre él la Confederación Europea de Sindicatos Independientes, a la que también pertenecemos. También defendemos que a igual esfuerzo tenemos que tener la misma remuneración y ahí hay una brecha importante, ya no en España, sino a nivel mundial. Tenemos también que hacer una labor importante en todo lo relacionado con la corresponsabilidad.
-¿Qué otros asuntos les preocupan?
-Vamos a proponer un estudio en la CESI sobre la situación de algunas profesiones. En muy poco tiempo algunas profesiones van a desaparecer, por ejemplo todo lo que significa mecánico, no sólo en las líneas de producción de las grandes cadenas, sino también en el comercio, como las cajeras. En muy pocos años el comercio va a cambiar. Nosotros no lo vemos como algo dramático, al contrario. Donde tenemos que trabajar junto con las empresas es en saber adaptarnos y el principal problema que tendremos es que todo esto va a ser rápido. Tenemos que plantearnos cómo mantener o reabsorber esos trabajos que van a desaparecer.
-Cuando habla de mantenimiento del empleo ¿se refiere a ese cambio tecnológico?
-Me refería a la crisis que ya sufrimos y que aún no hemos terminado. Lo que quiero decir es que cuando estamos en las negociaciones tenemos que saber la realidad del momento y no se puede pedir lo mismo en tiempos de bonanza que de crisis. Con la última crisis en donde estamos no hubo despidos ni ERE, pero no se hacían contratos cuando algún trabajador se jubilaba. En segundo lugar está lo relativo a la incertidumbre sobre muchas profesiones tradicionales en el comercio y en los servicios.
-¿Qué se puede esperar?
-Cuando comenzó el comercio digital, en Estados Unidos se cerraron muchos negocios, pero a la par se crearon tres veces más a cuenta de la digitalización comercial. Los que no supieron adaptarse desaparecieron. Si las empresas no son capaces de recolocar a un vendedor o a una persona de linea de caja en otro puesto, pues tenderá ya no a morir ese puesto, sino la propia empresa.
-¿Considera compatibles el comercio electrónico y el tradicional?
-Los únicos que sobrevivirán serán los que sean capaces de adaptarse a los nuevos tiempos. Eso es impepinable. También se verá con el teletrabajo.
-¿Cree que ya se ha salido de la crisis?
-Está volviendo a haber contrataciones de personal, pero a una velocidad templada.
-¿Y las ventas?
-No se recuperaron totalmente. Se volvió a notar un frenazo por la inestabilidad política cuando el cambio de gobierno. Ahora vuelve a haber contención en el consumo. Va muy despacio.
-Los sindicatos de clase les reprochan que son pro empresa.
-Somos molestos para ellos porque nuestras propuestas son realistas, frente al populismo que ellos practican. Que nos mueva sólo el bienestar de los trabajadores que representamos, seamos apolíticos y no recibamos subvenciones, nos da más libertad en la toma de decisiones, y por último nosotros hemos incrementado la afiliación y ellos la pierden de manera notable.
