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Gijón teje empleo en femenino

La autoestima es la primera lección de "Tejiendo oportunidades", un proyecto para que paradas de larga duración, mayores de 35 años y con hijos a su cargo accedan al mercado laboral

Gijón teje empleo en femenino

"Primero hay que darse cuenta de que eres capaz de hacer todo lo que te propongas, aquí no trabajamos para la NASA". Con este mensaje se despedía ayer la jefa del Departamento de Formación de la Agencia Local de Promoción Económica y Empleo, Teresa del Valle, de las alumnas que han conseguido el certificado de profesionalidad impartido durante el proyecto "Tejiendo oportunidades". El programa, en el que han participado medio centenar de mujeres, estaba destinado preferentemente a desempleadas de larga duración, con una edad superior a los 35 años y con hijos a su cargo. En su mayoría se trataba además de familias monoparentales y con una baja cualificación.

Al final del proyecto al menos una treintena de estas mujeres han conseguido firmar un contrato laboral. "Buscamos mejorar su currículo, pero también que encuentren un nuevo capital relacional, que no un enchufe", explicó Del Valle.

El programa comenzó fomentado la autoestima de las alumnas. Clara Delicado ha sido una de ellas. Con cuatro hijos, ahora mayores de edad, para Clara fue difícil compaginar la tarea de ser madre con su propia formación: "es esencial que los niños crezcan, pero mientras ellos crecen y se forman, tú te quedas atrás, te estancas y después es muy difícil seguir el hilo". Ahora es certificada en operaciones básicas de cocina y espera encontrar un trabajo. "Lo más importante es que nos hemos dado cuenta de que podemos hacer lo que nos propongamos. He vuelto a estudiar, que pensé que no podría, he aprendido a cocinar, hasta me lo agradecen en casa. Aún no he conseguido un contrato, pero no pierdo la fe y las ganas por lograr un empleo", dijo Delicado.

La edad es una traba para encontrar trabajo. Vilma Romero es argentina, reside en Gijón y lleva más de 24 meses en paro. "Con nuestra edad nadie te contrata, por mucha experiencia que tengas", explica Romero. "Lo que necesitamos es una oportunidad. El certificado te abre las puertas de muchos sitios y es de agradecer", continua. Una de las facetas importantes de este tipo de proyectos es la de potenciar el sentimiento de valía personal y grupal de las participantes, "estábamos recluidas en casa, no sabemos cómo salir a la calle y ver lo que una vale, necesitamos que nos vean", explicó Romero, quien a pesar de no haber firmado un contrato laboral cree que pronto encontrará un trabajo. "Hice las prácticas en una pastelería, están contentos conmigo y seguro que me llaman para dar vacaciones o alguna baja como ya he hecho", dice.

La cara de la moneda la pone Montse García. Esta gijonesa ha encontrado empleo. "Me volvería a apuntar al curso ahora mismo, he encontrado a unas compañeras excelentes y que valen mucho, espero que todas tengan la misma suerte que yo", explicó esta madre gijonesa que se apuntó a los cursos para dar un giro a su vida profesional. Hizo las prácticas en el Hospital Gijón y ha conseguido un nuevo trabajo.

Durante la realización del proyecto tres mujeres encontraron un nuevo empleo por lo que abandonaron su formación, otras 29 consiguieron firmar un contrato tras más de dos años de búsqueda.

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