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PELAYO MORILLA | FUTBOLISTA

La última perla por cultivar

Este joven de 17 años, buen estudiante en las Dominicas y aficionado a las videoconsolas, está llamado a ser una de las grandes figuras del Sporting

La última perla por cultivar

Parece increíble pero con el Sporting ya ha debutado un chaval nacido más allá del nuevo milenio. No se trata de un jugador cualquiera, ni de un guaje más. Pelayo Morilla "tiene cosas", como dicen los entrenadores de fútbol. Nacido en Oviedo y formado en el Astur, Pelayo llegó a Mareo en su segundo año de alevín. Ahora, con sólo 17 años, ya destaca dentro y fuera del campo. Fuera como buen estudiante en las Dominicas aunque ya se haya quedado sin recreo durante toda una semana y faltado a alguna clase por culpa del fútbol. Como las del día en que logró su primer gol con el primer equipo del Sporting, fue en Soria. Tras aquel encuentro salió a relucir el Morilla extrovertido y gracioso, el que explicó -quizás con sorna o tal vez sin pensar- que guardaría la camiseta con la que había logrado el tanto para enseñársela a sus hijos. Pelayo aún no ha terminado el Bachillerato.

Llegar a la élite no es sencillo para nadie, pero quizás esa meta tenga para el joven ovetense un recorrido aún mayor que para otros. En su etapa infantil un accidente de esquí le mantuvo muchos meses sin poder hacer deporte. Ingresó de gravedad en el hospital con múltiples fracturas y su recuperación fue lenta. Hace un par de años una lesión de clavícula también le dejó en el dique seco durante un tiempo. Con trabajo y constancia salió adelante y con 16 años ya compaginaba su edad cadete con apariciones con el equipo juvenil. Allí coincidió con tres jugadores de los que cree que tienen mejores cualidades que él, Gaspar, Gragera y Mathe. Todos ellos compañeros en Mareo todavía hoy.

Morilla, el más prometedor de los guajes de Mareo, aún debe pulirse. Su calidad le ha llevado a entrenarse con la selección sub-16 y también con la sub-17. Ahora que le había llegado la llamada de la sub-19 una lesión le impide acudir a la cita con los de Santi Denia. El Sporting no ha querido tener sustos con el futuro de la joven promesa y el año pasado renovó su contrato por cinco campañas más. Hasta el 2022 Morilla será rojiblanco, algo que agradecerán sus entrenadores. Algunos que ya lo han sido no dudan en destacar el sacrificio y la fuerza de superación del ovetense.

Pasear por Luarca, jugar a las videoconsolas, al FIFA -el fútbol siempre presente- y salir con sus amigos son gustos y aficiones acordes a su edad. Al adolescente, profesional prematuro, le encanta dormir, disfruta con el balonmano y siempre tiene un ojo puesto en las grandes citas. Ya sabe lo que es disputar alguna. Con el Sporting de División de Honor se proclamó subcampeón de la Copa de Campeones y recibió el aplauso de la grada.

Baraja mima al canterano, le dosifica, le da galones, le deja lanzar faltas y cuenta con él en el día a día. Morilla es uno de los reclamos de la grada de El Molinón. Los aficionados rojiblancos buscan un nuevo Jony, un Diego Castro, alguien que les levante de su asiento y les haga girar sus bufandas. Pelayo Morilla tiene tiempo por delante, tiene las herramientas y la calidad suficiente para llegar. Dicen quienes le tratan que su madurez es impropia de su edad, que no se le ha subido a la cabeza su presencia con el primer equipo, que llegará, a su debido tiempo, pero llegará.

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