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Tratamiento de las aguas bajo tierra, parque en la superficie y envío de los fangos a la zona oeste

Una encuesta realizada entre 400 gijoneses, como parte del estudio de impacto ambiental de la depuradora del este de Gijón, concluye que más del doble de consultados consideran compatible el funcionamiento de una depuradora con el uso residencial, cultural o de ocio del suelo en sus proximidades. Paralelamente, la totalidad de los encuestados estiman necesario el tratamiento de aguas residuales antes de su vertido al mar, pero tres cuartas partes de los mismos preferiría no tener una depuradora cerca de sus domicilios. Otro de los resultados destacados es el escaso conocimiento de la población de las diferencias entre una depuradora soterrada -como la construida cerca de El Pisón- y una depuradora convencional.

Según se indica en el estudio de impacto ambiental elaborado para la Confederación Hidrográfica del Cantábrico por la ingeniería Taxus Gestión Ambiental Ecología y Calidad y que se encuentra estos días en periodo de información pública, la encuesta se realizó entre ciudadanos de todo Gijón "con el fin de valorar la opinión de la población directamente afectada por el proyecto", esto es, su aceptación social.

La encuesta se efectuó el pasado mayo, de manera presencial en la calle y con selección aleatoria de los encuestados, todos ellos mayores de edad y residentes en distintas zonas de Gijón. Para una población del tamaño de Gijón, con algo más de 273.000 habitantes, esta encuesta ofrece un intervalo de confianza del 95% y un margen de error del 3%.

La encuesta se dividió en tres bloques; uno de ellos orientado a valorar el conocimiento de los encuestados sobre el proyecto y sus características, otro orientado a conocer la aceptabilidad o rechazo general de este tipo de instalaciones y por último un bloque orientado a valorar la importancia que los encuestados le atribuyen a cada tipo de impacto de la instalación tanto durante las obras de construcción de la misma como durante su funcionamiento.

En cuanto al conocimiento del proyecto, la encuesta reveló la concienciación de la población sobre el cuidado del medio ambiente, de manera paralela a un amplio desconocimiento sobre el proyecto concreto de la depuradora del Este.

En cuanto a lo primero, la totalidad de los encuestados consideró necesario depurar las aguas residuales de Gijón antes de echarlas al mar. En cuanto al proyecto de la depuradora del Este, sólo un 21% de los encuestados conocían las diferencias entre una depuradora soterrada -la prevista en el proyecto- y una convencional. A este último respecto, un 70,25% de las personas reconocieron que desconocían la diferencia, un 8% respondió un no sabe no contesta y el 0,75% dijo que no le importaba.

En cuanto a las preguntas relativas a la aceptación o rechazo general de las depuradora, un 73,25% respondió que sí le importaría vivir cerca de una depuradora. Paralelamente, y pese a que la mayoría de las personas desconocían las particularidades de una instalación soterrada, el 74,25% de los encuestados afirmó que si tuviese que vivir cerca de una depuradora preferiría que la misma fuese soterrada.

Además, un 47% de los encuestados consideró compatible la presencia de una depuradora con la existencia en sus proximidades de viviendas, instalaciones culturales, de ocio o suelo con otros usos. Los consideraron incompatibles otros usos del suelo en las inmediaciones con la existencia de una depuradora fueron menos de la mitad; el 20,25%. Un porcentaje elevado, el 30,75% respondió a esta pregunta con un no sabe no contesta y otro 2% con un no me importa.

En cuanto a los impactos ambientales ocasionados por la instalación, el orden de importancia que dieron los encuestados, de mayor a menor fue el siguiente: olores, ruido, ubicación, impacto visual, duración de las obras y coste económico.

Un 86% de las personas le dio una importancia alta al olor, frente al 74,50% que dio esa importancia al ruido, el 69,50% a la ubicación, el 31,25% al impacto visual, el 22% a la duración de las obras y el 18,75% al coste económico.

Taxus tuvo en cuenta el orden de relevancia que la población da a los impactos de una depuradora a la hora de la ponderación de los mismos en el estudio de impacto ambiental.

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