La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un circo sin leones pero con mucha magia

El espectáculo dirigido por Suso Silva llenará de encanto el teatro de la Laboral durante tres días

Un circo sin leones pero con mucha magia

El circo de hoy en día ya apenas se parece al de antes. Ya no se exhiben animales en las funciones circenses, en Gijón además está prohibido por ley. Ahora el circo se reinventa en una suerte de trapecios, malabares, contorsiones y acrobacias guiadas por una dirección artística propia de las grandes producciones.

Este fin de semana llega a Gijón el Circo Mágico, una obra "para tres generaciones" que en su paso por Madrid logró una audiencia superior a los 150.000 espectadores. Suso Silva, Premio Nacional de Circo 2003, dirige a más de 30 artistas de 20 países diferentes en una increíble historia. "Tiene mucho de mi Galicia natal, con sus meigas y su naturaleza viva, pero es mucho más que mitología, tiene un guión excepcional", cuenta Silva. Para el director lo importantes es ofrecer un buen producto que logre atraer a todos los públicos, "no hacemos una obra infantil, tampoco para mayores, es una obra que acoge y recibe al abuelo, al padre y al hijo". El éxito sin precedentes de esta puesta en escena lleva al espectador, a juicio de su director "a un lugar mágico lleno de seres imaginarios creados por polvo de estrellas".

Durante las dos horas que dura la función un viejo y robusto árbol druida de más de cinco metros de altura, cuenta la historia del primer mago que pisó la Tierra. A lo largo de la obra el ilusionista se va haciendo mayor y muestra todo el mundo que ha ido creando a lo largo de los años. La función se salpica de los números de los artistas llegados de lugares tan dispares como Brasil, Ucrania, Bulgaria o Italia. La danza es cosa de los españoles y las marionetas de los artistas llegados desde Inglaterra. "Todos los actores de la obra son magníficos profesionales, cada uno aporta en el escenario su diferente manera de entender la magia", explica Suso Silva.

El veterano director artístico vive un momento dulce tras años dedicado a los escenarios. Nacido en el seno de una familia circense, sobrino del Padre Silva, fundador del Circo de los Muchachos, quizás la escuela circense más importante de España. "Con ocho años actué por primera vez, pero en todos este tiempo he evolucionado, he profundizado en temas más duros y oscuros, pero lo que tengo claro es que hay que actualizarse. El circo es un ente vivo y en constante movimiento", dice Suso Silva.

Durante el Circo Mágico se puede vivir la creación de un mundo imaginario, rico en personajes, con una cuidada caracterización, con trajes a medida y maquillaje hiperrealista. "Tenemos que cuidar el entorno. Los nuevos tiempos requieren a unos artistas comprometidos, con un buen guión que tenga algo que contar y que respeten el medio. El circo también necesita que cuidemos la luz, el sonido, la atmósfera, en definitiva, que seamos rigurosos con nuestro trabajo", explica el director de la obra. Para Silva, Circo Mágico envía además un mensaje esperanzador y de respeto por la naturaleza, muy necesario en los tiempos que corren, "el hombre es el animal más destructor del planeta, tenemos que cuidar el mundo, acabamos de llegar y ya somos los más perjudiciales para el ecosistema".

Hadas, bufones, faunos y un sinfín de criaturas acercan la historia a "momentos inolvidables y antes nunca vistos" en una obra circense. El espectáculo realiza un ejercicio poético entre la naturaleza, el espectador y la magia. Esta última corre velozmente por el libreto de una obra nacida para enamorar a todos los públicos, pero sin olvidar que solo aquel que cree en la magia podrá encontrarla a lo largo de su vida. Para quienes saltan al escenario la magia es su vida, su forma de entender el espectáculo y el legado que quieren dejar al resto en forma de final feliz.

El Circo Mágico estará en el teatro de la Laboral desde el próximo viernes y durante tres días.

Compartir el artículo

stats