La lucha regional contra el plumero de la Pampa llega a Gijón. La consejería de Medio Ambiente, que inició en julio la campaña de erradicación de la planta invasora por Coaña, ataca desde hace una semana una de las principales "selvas" del Principado: la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (Zalia). Los terrenos del polígono gijonés están ahora plagados de enormes plumeros, coincidiendo con su época de floración. "Es el mejor momento para erradicarlos, ya que son fáciles de identificar", explica el botánico de la Universidad de Oviedo, Tomás Emilio Díaz, que advierte no obstante que las actuaciones deben prolongarse en el tiempo para ser efectivas. Los trabajos del Gobierno autonómico se prolongarán más de dos meses y de momento los operarios han actuado en 2,5 hectáreas. Se estima que en la Zalia crecen millón y medio de ejemplares.
Con estos trabajos, Gijón redobla esfuerzos para combatir una de las especies invasoras más extendidas en España. Al plan regional hay que sumar el local, que comenzó el pasado mes de enero en Porceyo y Lloreda. Las zonas más contaminadas se enclavan precisamente en la Zalia, los polígonos de Lloreda en Tremañes, Porceyo y El Musel. El puerto ha puesto en marcha a su vez su propio plan de lucha a través de una inversión de 70.000 euros. La primera fase de desbroces concluyó en agosto con el arranque de todos los ejemplares de planta invasora concentrados en sus instalaciones.
La campaña regional de erradicación de la hierba de la Pampa, explica el botánico Tomás Emilio Díaz, está planteada para que vaya avanzando desde las alas hacia el centro. Primero por el Occidente y después, por el Oriente. Pero también prevé actuaciones inmediatas y puntuales en la zona central, la más castigada por la plaga, antes de una intervención global. "Para erradicar el plumero de los concejos centrales habría que esperar cuatro o cinco años. Mientras tanto se actuará en áreas de concentración elevada de ejemplares", detalla Díaz. Éste es el caso de la Zalia, donde los trabajos de erradicación empezaron el pasado lunes día 17. De momento, el Principado, a través de la empresa Tragsa, ha tratado 2,5 hectáreas de las 103 que tiene el polígono; es decir, un 2,4% de su superficie total.
En esta parcela los operarios calculan que han eliminado unas 37.000 plantas, que es 1,5 ejemplares por metro cuadrado. En el resto de territorio los técnicos aún no han hecho estimaciones, pero extrapolando los resultados obtenidos en las 2,5 hectáreas ya tratadas salen un total de 1.545.000 hierbas de la Pampa. El tratamiento, explican fuentes de la consejería de Medio Ambiente, consiste en cortar la inflorescencia (el plumero) para evitar la diseminación. Estas plantas "se recogen en bolsas herméticas para su posterior tratamiento en gestores autorizados y a continuación se realiza el tratamiento herbicida". Debido al gran volumen de ejemplares, no existe un plazo exacto de finalización, pero se calculan unos dos meses y medio. Actualmente en la zona está actuando un equipo de 5 personas.
La prioridad de la consejería de Medio Ambiente es mitigar la plaga, aunque las previsiones no son nada favorables. En la batalla contra la hierba invasora, llegada la fase del combate sobre el terreno, el enemigo ha resultado ser mucho más poderoso de lo que se esperaba. Tras la primera evaluación, la densidad de plumeros ha rebasado significativamente las expectativas. Tanto que si la primera estimación sobre el plazo de erradicación recogía siete años, su actualización puede llegar a duplicarse a la vista de las "selvas" que los operarios han encontrado a ras de suelo. Y en consecuencia, también su inversión. Para poder terminar en los siete años prometidos, la apuesta económica debería aumentar de 570.000 a 850.000 euros al año.
El principal inconveniente para vencer al plumero de la Pampa es su rápida capacidad de propagación: según los expertos, cada ejemplar adulto femenino produce una media de un millón de semillas, que se extienden a mayor velocidad si están próximas a la carretera. "Ahora los plumeros son más visibles porque su época de floración es a finales de verano o principios de otoño, pero tenemos que tener en cuenta que la planta siempre está ahí", aclara el catedrático de Botánica y profesor de la Universidad de Oviedo, Tomás Emilio Díaz.
"El mejor momento"
Por eso, ésta es la mejor época para eliminar la planta invasora: "Se puede diferenciar bien la hierba porque hay plumeros, mientras que en otros momentos es mucho más difícil, y de esta forma también evitamos alergias por la gran cantidad de polen que genera esta especie". Díaz indica que el plumero es una gramínea del hemisferio sur, que a diferenciar de las del norte no florecen en primavera, sino en otoño. La actuación en la Zalia "debe continuar varios años", recalca el experto en Botánica, porque de lo contrario "es imposible erradicar la plaga". "No vale actuar una sola vez", insiste.
