Felizmente se inauguró la nueva sede del Ateneo Jovellanos. Felizmente para los que estuvimos sentados, pero una multitud tuvo que asistir a pie firme. Todo muy bonito, muy moderno, pero no se pensó en el público. Hubo quien apuntó que el teatro Arango permanece cerrado y ¿para qué sirve? En esta ocasión se hubiera llenado.

Intervinieron en el acto, la presidenta, Isabel Moro, que dijo que nunca en su vida estuvo más nerviosa. La acompañaron en la mesa la edill de Cultura de Gijón, Ana Monserrat López, y los ponentes Fernando Suárez, Enrique Fernández-Miranda, duque de Fernández-Miranda, y Fernando Álvarez Balbuena.

Hace cinco años que el Ateneo Jovellanos cerró su sede, y hoy de nuevo volvió donde solía, una novedad que a todos llenó de satisfacción. "Ya no somos un ateneo errante" había dicho la presidenta. y añadió que el acto significaba un homenaje a Torcuato Fernández-Miranda, quién fue su impulsor allá en 1953, y primer presidente. Luis Rubio Barbón, en su calidad de vicepresidente de la entidad, se refirió al homenajeado como un español excepcional, el político más importante del siglo XX en España, llegó a decir Adolfo Suárez. Su amor por la cultura le llevó a fundar el Ateneo, cuando era rector de la Universidad de Oviedo, y la primera conferencia que se escuchó fue pronunciada por Julián Marías.

Fernando Suárez era el plato fuerte de la inauguración. Con su habitual brillantez se refirió el que fue alumno de Fernández-Miranda, catedrático de Derecho Laboral por la Universidad de Oviedo, y ministro de Trabajo en el último Gobierno del general Franco. Definió al homenajeado como un hombre muy inteligente, sarcástico y dotado de coña asturiana. Su ambición fue conseguir que todos los españoles pertenecieran a la misma sociedad. Como educador del Príncipe Juan Carlos, hizo una gran labor. Su discrepancia a la hora de redactar a Constitución se centra en las nacionalidades, ya que se muestra partidario de las comunidades autónomas. Cuando falleció, el 19 de julio de 1980 en Londres contaba 65 años, y tenía dos libros para publicar: "Conversaciones al atardecer", refiriéndose a sus charlas con Franco, y "De la Ley a la Ley". Más un proyecto para la reorganización de la derecha democrática. De Torcuato Fernández-Miranda dijo Martín Villa, a propósito de la historia reciente: "El Rey fue el empresario, Torcuato Fernández Miranda el guionista y Adolfo Suárez el actor que interpretaba el guión escrito por Torcuato". Fernando Alvarez Balbuena, en una breve intervención dijo que había sido su discípulo, y recordó su paso por las aulas de la Universidad.

Era el turno de su hijo, Enrique Fernández-Miranda. "Nací en Gijón, aunque vivíamos en Oviedo mi madre daba a luz en Gijón, en casa de la abuela, en la calle de Los Moros, número 42". Rememoró la trayectoria académica y política de su padre, contando anécdotas a veces graciosas. La biografía que hizo de su padre el periodista Juan Fernández-Miranda, titulada "El guionista de la Transición", fue presentado en Madrid y en el Ateneo Jovellanos, era une gran texto que recogía fielmente la verdad de los hechos, pero pasó desapercibido para las instituciones asturianas. A su muerte el Rey le concede el título de duque de Fernández Miranda y la Orden del Toisón de Oro.