Los arquitectos Manuel del Busto y Miguel García de la Cruz son hoy dos nombres esenciales de la arquitectura gijonesa de la primera mitad del siglo XX. Ambos tracistas nacieron en 1874, ambos comenzaron su actividad profesional en Gijón en la década de 1900, no tardaron en tratarse e incluso llevaron a cabo algunos proyectos en colaboración, el más reseñable un llamativo pabellón modernista para el Casino de Gijón en el paseo de Begoña.
También tuvo su relación un duro encontronazo en 1913 que causó un gran revuelo social tras denunciar Busto a García de la Cruz disconforme con su actuación como arquitecto municipal. El asunto finalmente no derivó en consecuencias graves pero sí supuso una ruptura definitiva entre los dos profesionales quienes, eso sí, mantuvieron posteriormente una relación personal cordial transmitida a sus descendientes.
En el Gijón actual siguen presentes ambos arquitectos a través de sus obras supervivientes, siendo autores de algunos diseños que marcaron positivamente la ciudad como, por ejemplo, la balaustrada del paseo del Muro de San Lorenzo -Miguel García de la Cruz- o el edificio del pub Varsovia en la calle Cabrales 18 -Manuel del Busto- también ubicado en el mismo frente marítimo. La casualidad ha querido una nueva coincidencia, ya que durante estos últimos años han sido intervenidas simultáneamente algunas de las obras capitales de ambos arquitectos iniciando una nueva etapa de su ya larga historia.
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Arquitectura 2018 se quiere aquí celebrar la recuperación de estos inmuebles que son obras señeras del patrimonio arquitectónico de Gijón. El lema de este año, "Arquitectura para un mundo mejor", es sin duda aplicable a la obra de estos dos arquitectos ya que, con ella, consiguieron en su época que Gijón fuese mejor y hoy resulta evidente que su herencia es parte de la imagen más amable, atractiva y representativa de la ciudad.
