Gijón finalizó ayer de forma oficial su temporada de baños de este 2018. Y lo hizo, desgraciadamente, sin poder lucir el ramo de laurel en lo alto de la central de Salvamento de la playa de San Lorenzo, como ocurriera el año pasado. Y es que el fallecimiento el pasado 5 de agosto de la madrileña María Inés Figaredo de la Mora, tras sufrir una parada cardiorespiratoria mientras se bañaba en la playa de San Lorenzo, impidió que el equipo de Salvamento izase el símbolo que celebra el cierre de la temporada de baños sin fallecimientos.

Si bien de forma tradicional el ramo de laurel hace referencia a la ausencia de ahogamientos, en la actualidad el símbolo se hace extensible a cualquier tipo de fallecimiento ocurrido en los arenales de la ciudad, aunque no se produzca en las aguas, tal y como explicó a este medio el concejal Esteban Aparicio.

Cabe recordar que la playa de San Lorenzo es el único arenal del Principado que cuenta entre sus prestaciones con servicio médico y una UVI móvil para el traslado de heridos, ambos situados en la central de Salvamento, a la altura de la escalera 12.

Además, el cierre oficial de la temporada de baños lleva aparejada otra circunstancia: la vuelta de los perros a los principales arenales de la ciudad. En concreto, en la playa de San Lorenzo, la que tradicionalmente más canes acoge en la época invernal, se permite el acceso únicamente en el espacio comprendido entre las escaleras dos -conocida como la rampla- y la escalera ocho.

Desde el Ayuntamiento se recuerda que los perros tienen que estar perfectamente controlados, atados con correa y que es obligatorio recoger las heces, como en cualquier otro espacio de la ciudad.

Además, continúa abierta la playa de El Cervigón, el único arenal de la ciudad que permite la entrada a perros durante todo el año, incluida la temporada estival.

La temporada oficial de baños, y con ella la vigilancia del equipo de Salvamento y la prohibición de entrada de canes, volverá a la ciudad el día 1 de mayo del próximo año.