A lo largo del fin de semana se enfrentarán a un total de 70 equipos universitarios procedentes de 17 países, pero los estudiantes de la Escuela Politécnica de Ingeniería están dispuestos a darlo todo en el circuito de Alcañiz en la X edición del concurso "Motostudent". Lo harán con su equipo "Wolfast Uniovi", compuesto por 23 personas y tras un arduo trabajo de casi dos años para conseguir una moto de competición a la que le han añadido un novedoso sistema de compresión de las suspensiones.

"Estamos muy satisfechos con el trabajo, la calidad que hemos alcanzado invita a pensar que va a llamar mucho la atención nuestra moto; vamos a poder traernos algún premio", vaticinaba ayer Javier Monge, uno de los estudiantes del equipo. Para alcanzar tan buen resultado, los chavales han tomado como partida la moto diseñada por el equipo hace dos años para la misma competición, han solventado problemas y añadido innovaciones como un novedoso para motos de velocidad que permite comprimir temporalmente las suspensiones de la moto para conseguir una mayor aceleración en la salida.

"De hasta cuatro segundos", sostienen los estudiantes, muy orgullosos de un sistema que se fácilmente por el propio piloto en la parrilla de salida tras la vuelta de calentamiento a través del manillar, mientras que en la primera frenada, el sistema se desactiva y las suspensiones vuelven a funcionar en todo su recorrido. La innovación "tiene un desarrollo numérico y práctico muy avanzado, tiene categoría técnica para ser extrapolado a la industria", asegura Monge, y por eso "cabe la posibilidad de que se pueda aplicar a la construcción de motos de competición de pequeña cilindrada".

Ayer dieron a conocer la máquina con la que la piloto Mar Gómez tratará de batir a los rivales. Será solo una parte de la competición: habrá que demostrar que la moto corre, pero los jueces también puntúan la estética y la innovación. Y en este último apartado, los jóvenes confían en salir airosos de Alcañiz.