En dos horas y media en el agua, 29 buzos de O2 Inmersión apoyados por más de 40 voluntarios en tierra, recuperaron ayer del fondo de la dársena interior del Puerto Deportivo de Gijón 582 kilos de residuos, en su mayor parte lanzados en el último año al fondo desde la zona aledaña de copas y botellón. Las capturas de esta peculiar costera, que se depositaron en contenedores junto a la Antigua Rula, fueron fundamentalmente de vidrio.

"En su mayor parte es cristalería de la zona de copeteo; vasos, botellas, jarras y copas", señaló David Ovide, director de la escuela de buceo O2 Inmersión, empresa que organizó la limpieza con el apoyo del Ayuntamiento y de la Autoridad Portuaria. Si Ovide apuntó al origen de esta cosecha, uno de los voluntarios que participaron en la recolección, Javier Cristobo, director del Centro Oceanográfico de Gijón, dio una pista del tiempo en el que se aposentó en el fondo esa media tonelada larga de incivismo: "Todo esto que estamos encontrando son vasos que ni siquiera están colonizados por los animales marinos, son vasos que en este último año se han vuelto a tirar". Puede que incluso menos, ya que la última limpieza por buzos en esa zona de la dársena se realizó el pasado mes de junio. Antes ya hubo inmersiones en los veranos de 2016 y 2015.

Cristobo dio alguna de las claves sobre este problema, como es que "en concienciación todavía hay mucho por hacer". En palabras del director del Oceanográfico, "lo más importante de todo sería que esto no llegue al medio marino. Recoger es importante, pero lo ideal sería que no llegase nunca al mar".

Por eso el Ayuntamiento de Gijón ha realizado una serie de actividades para ayudar a atajar el problema, con actividades divulgativas en el Acuario y en el paseo del Puerto Deportivo sobre el impacto de los envases, en especial los de plástico, sobre las especies marinas. A estas el Ayuntamiento va a añadir otras actividades divulgativas en distintos escenarios, como Mercaplana.

¿Y en el horario de copas y botellón en el entorno del Puerto Deportivo? Va a ser que no. Según explicó la directora del Área de Sostenibilidad y Cambio Climático del Ayuntamiento de Gijón, Clara González-Pedraz, ese "es un horario complicado. El problema del botellón es también un problema de seguridad pública. Es muy complicado, buscamos alternativas para concienciar en esos horarios a esas personas, pero desde los responsables de la seguridad se nos indicaba que era muy complejo trabajar en este sentido, en esas horas y con esas personas. Pensamos que es mejor de día, hemos escogido esta zona pensando en lo que hay enfrente, que todos conocemos, que es la Cuesta del Cholo, que a la hora del vermut hay muchas personas jóvenes y no tan jóvenes que se acercan a tomar algo y que pueden ver también el efecto de dejar un vaso olvidado en tierra, que se lo puede llevar el viento o alguien le puede dar una patada y acaba en el mar".

El Ayuntamiento había barajado incluir el horario de copas en la campaña de concienciación, que se ideó tras la acumulación de "residuos después de la hoguera de San Juan", pero lo desestimó.

Después de cuatro inmersiones desde 2015, en el fondo del Puerto Deportivo siguen quedando vestigios del ocio etílico. Cristobo explicaba ayer que "la mayor parte de los residuos que tiramos al mar tardan muchísimo tiempo en degradarse y afectan a las comunidades biológicas; estamos deteriorando a pasos agigantados el océano". Unas consecuencias que podrán ver en las fotografías que jalonan el paseo marítimo quienes se dispongan a hacer lanzamiento de vidrio. La Alcaldesa fue ayer testigo de la labor de los buzos.